Las Aventuras de Lía y sus Patitas
Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de un bosque mágico, una niña llamada Lía. Lía era conocida por tener las piernas más rápidas de todo el pueblo. Siempre corría por los senderos del bosque, recolectando flores y jugando con sus amigos. Pero había un secreto que nadie conocía: Lía tenía una gran pasión por la comida saludable y la nutrición.
Un día, mientras corría por el bosque, Lía se encontró con un pequeño animal triste y hambriento.
"¿Qué te pasa, pequeño?" -preguntó Lía con ternura.
"Soy un conejito y me llamo Nino. No tengo nada para comer y estoy muy débil," -respondió Nino.
Lía se agachó y le dijo:
"No te preocupes, Nino. Tengo una idea. Vamos juntos a buscar comida saludable en este bosque!"
Entonces, Lía empezó a correr con Nino siguiendo sus rápidas piernas. Juntos encontraron un montón de frutas y verduras: fresas rojas, zanahorias crujientes y algunas hojas de espinaca. Lía le explicó a Nino lo importante que era comer bien.
"Las frutas y verduras te dan mucha energía y te ayudan a crecer fuerte," -le explicó Lía mientras mostraba cómo preparar una ensalada.
Nino, muy curioso, comenzó a ayudar a Lía a juntar ingredientes.
"Wow, esto se ve genial! Nunca había probado una ensalada de frutas," -dijo Nino mientras Lía le pasaba un trozo de fresa.
La ensalada resultó deliciosa y pronto el conejito se sintió mucho mejor. Lía le dijo:
"Si seguimos buscando, podemos encontrar más ingredientes. Pero debemos tener cuidado, porque en el bosque vive una tortuga muy lentorra, que no le gusta que la interrumpan. Se llama Doña Tura."
**Giro En La Historia**: Mientras buscaban, Lía y Nino vieron a Doña Tura durmiendo. Pero Nino, emocionado, saltó y le dio un pequeño grito al ver una planta que parecía deliciosa.
"¡Mira, Lía!" -gritó Nino sin pensar.
Doña Tura despertó sobresaltada.
"¡Qué ruido!" -gruñó Doña Tura, mirando a los dos pequeños. "¿Cuál es la prisa?"
Lía, nerviosa, explicó:
"Queremos aprender sobre la comida del bosque y hacer una ensalada.¿Nos puedes ayudar, Doña Tura?"
"¡Claro! Pero solo si prometen ser respetuosos y no molestarme mientras duermo," -respondió Doña Tura con una sonrisa.
Agradecidos, Lía y Nino prometieron no interrumpirla más. Doña Tura les enseñó a identificar frutas y verduras del bosque, y no solo eso, sino que también compartió su conocimiento sobre las hierbas.
"Las hierbas son muy importantes en la alimentación. Ayudan a darle sabor a los platos y aportan nutrientes," -les dijo Doña Tura con paciencia.
Juntos pasaron la tarde recolectando ingredientes y preparando platillos saludables. Nino se sintió muy feliz y ya no estaba triste. Lía se dio cuenta de que compartir sabía más que simplemente correr.
"¡Esto es lo mejor de ser rápida! Me encanta ayudar a mis amigos a sentirse bien," -exclamó Lía entusiasmada.
Finalmente, invitaron a otros animales del bosque para que disfrutaran de su banquete saludable. Todos aprendieron sobre la importancia de la buena nutrición y la alegría de compartir con los demás.
"Siempre que corras, recuerda que cada paso que das puede ayudar a alguien más," -dijo Lía mientras brindaban con sus ensaladas.
Desde aquel día, Lía, Nino y Doña Tura compartieron sus aventuras y crearon un club de comida saludable en el bosque, donde todos los animales podían aprender sobre nutrición y cómo crear platos deliciosos juntos.
Y así, en un rincón de aquel bosque mágico, surgió una tradición de comida saludable, risas y amistad que nunca jamás se olvidaría.
Fin.
FIN.