Las aventuras de Lina y Curvi



Era un soleado día en la ciudad de Dibulópolis, donde los edificios eran cuadrados y los caminos estaban llenos de caminos rectos. En este lugar vivía una pequeña niña llamada Lina, que tenía un talento especial para dibujar. Todo lo que Lina quería era hacer que su ciudad fuera más colorida y alegre.

Un buen día, mientras exploraba su barrio, encontró un lápiz mágico que brillaba con todos los colores del arcoíris.

"¡Guau, qué lápiz tan hermoso!" - exclamó Lina, mientras lo levantaba del suelo. "Voy a dibujar algo increíble para mi ciudad."

Lina comenzó a dibujar líneas rectas en el aire, creando caminos perfectamente alineados y casas hermosas. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que todo parecía un poco aburrido.

"¿Por qué no puedo dibujar algo diferente?" - se preguntó, mordiéndose el labio.

Decidió probar con líneas curvas. Su lápiz mágico danzaba y trazaba círculos y espirales. De repente, un hermoso arco iris apareció en el cielo, y los árboles comenzaron a tener formas redondeadas y amables.

"¡Mirá, Curvi, el árbol que dibujaste!" - dijo un pequeño pájaro, volando cerca. La niña miró hacia arriba y vio un árbol con hojas en forma de espiral. "¿Quién eres, pequeño pájaro?"

"Soy Curvi, el mensajero de las líneas!" - contestó el pájaro. "Estoy aquí para ayudarte a encontrar la belleza en las formas y movimientos de tu arte."

Lina estaba muy emocionada. "¡Pero no sé cómo hacer líneas curvadas de manera correcta!"

"No te preocupes. ¡Vamos a practicar juntas!" - dijo Curvi, guiando a Lina a un parque lleno de flores y árboles.

Mientras caminaban, Curvi le enseñó sobre las diferentes formas. "Las líneas rectas son firmes y fuertes, pero las líneas curvas son suaves y felices, ¡como el viento!"

Lina observó la naturaleza a su alrededor. Los caminos en el parque estaban llenos de suaves ondulaciones y las flores tenían pétalos en forma de curvas alegres.

"¡Ahora entiendo!" - dijo Lina con una sonrisa. "Las líneas rectas y curvas son importantes porque juntas crean belleza. ¡Eso es lo que quiero para mi ciudad!"

Juntas, comenzaron a crear dibujos en el aire: casas con techos curvos, caminos sinuosos que llevaban a un jardincito secreto, y estrellas con formas divertidas.

Pero en medio de su diversión, notaron que algunas líneas rectas comenzaban a aparecer alrededor de la ciudad. Eran los arquitectos de Dibulópolis, que no estaban contentos con los nuevos diseños.

"¿Qué está pasando aquí?" - preguntó el arquitecto principal, al ver las maravillosas creaciones de Lina. "Esto no se ve como Dibulópolis..."

"Pero señor arquitecto, las líneas rectas son fuertes, pero las curvas traen alegría. Podemos combinar las dos para hacer algo increíble!" - argumentó Lina, viendo que sus dibujos estaban en peligro.

El arquitecto dudó, mirando las creaciones llenas de colores. "¿Y cómo piensan hacer eso?"

"Les mostraremos!" - gritaron Lina y Curvi al unísono. Empezaron a dibujar en grandes lienzos, creando un diseño que combinaba la fuerza de la línea recta con la alegría de la línea curva.

El cielo se iluminó mientras la ciudad esperaba ansiosa por descubrir el nuevo proyecto. Cada vez que Lina añadía una línea, la magia del lápiz se hacía más fuerte. Finalmente, presentaron sus dibujos a todos.

"¡Increíble!" - exclamó el arquitecto, al ver cómo las líneas trabajaban juntas. "Podemos hacer una ciudad nueva, donde la fuerza y la alegría vivan juntas. ¡Así que está decidido!"

Dibulópolis fue transformada en un lugar lleno de casas con diseños suaves y caminos que se serpenteaban por el parque. Lina y Curvi habían tenido éxito, combinando lo mejor de ambos mundos.

Lina miró a su alrededor y sonrió. "¡Quién diría que algunas líneas podrían cambiar tanto nuestra ciudad!"

Y así, Lina aprendió que tanto las líneas rectas como las curvas tenían su lugar, y que, al unirse, podían crear un lugar maravilloso donde todos pudieran ser felices.

"¿Y ahora qué haremos?" - preguntó Curvi.

"Seguir dibujando, ¡por supuesto!" - respondió Lina, mientras tomaban sus lápices mágicos llenos de colores.

Y así, las aventuras de Lina y Curvi continuaron, llenando el mundo de creatividad y color, enseñando a todos que cada forma, cada línea, tiene un lugar especial.

FIN.

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