Las Aventuras de Lolo y las Manzanas
Había una vez un pequeño conejo llamado Lolo que vivía en un hermoso bosque lleno de árboles y flores de colores. Lolo era un conejo muy curioso y le encantaba explorar su hogar. Un día, mientras saltaba por el campo, Lolo se encontró con su amiga la ardilla, llamada Susi.
-Lolo, ¿quieres venir a ayudarme a contar manzanas? -preguntó Susi emocionada.
-¡Claro que sí, Susi! -respondió Lolo con una sonrisa.
Susi tenía un árbol frente a su casa que daba las manzanas más ricas del bosque. Juntos, decidieron contar cuántas manzanas podían recoger. Susi les dijo:
-Hay que ser muy cuidadosos al contar, así no nos perdemos. Vamos a empezar.
Alcanzaron las ramas del árbol y empezaron a recoger las manzanas rojas y brillantes que colgaban. Lolo tomó la primera manzana y gritó:
-¡Uno!
Susi, muy contenta, tomó la segunda manzana y dijo:
-¡Dos!
Así continuaron, contando cada manzana que recogían. Lolo dijo:
-¡Tres!
-¡Cuatro! -agregó Susi con alegría.
-¡Cinco! -exclamó Lolo mientras saltaba.
Cuando llegaron a diez, se dieron cuenta de que les gustaba contar y decidieron hacer una competencia de quién podía contar más rápido.
-¡Voy a ganar! -dijo Lolo, mientras Susi estaba decidida a no dejarse ganar.
Conforme continuaban contando, llegaron a veinte manzanas.
-¡Veinte manzanas! -gritó Susi.
Pero de repente, un fuerte viento sopló y varias manzanas cayeron del árbol. Lolo miró a su alrededor y notó que algunas se habían rodado lejos.
-¿Cuántas manzanas más tenemos ahora? -preguntó Susi preocupada.
Lolo estaba un poco confundido, pero recordó lo que habían hecho antes. Juntos, regresaron al lugar donde habían dejado las manzanas y comenzaron a contarlas de nuevo.
-¡Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once! -contaba Lolo mientras Susi lo ayudaba.
-Muy bien, Lolo -dijo Susi alentadora- Ahora contemos las que cayeron. -Y comenzó a juntar las manzanas que estaban esparcidas por el suelo.
Cuando terminaron de recoger, Lolo dijo:
-¡Catorce! -y Susi agregó sus número.
-Exactamente, Lolo. ¡Contemos cuántas manzanas tenemos en total! Podemos sumar las que teníamos y las que recogimos del suelo.
-¡Eso suena divertido! -exclamó Lolo emocionado.
Así que juntos, sumaron: diez manzanas que habían recogido antes y cuatro que habían caído.
-¿Cuánto da eso? -preguntó Lolo, curioso.
-Let's count. -dijo Susi mientras se acercaban a un claro despejado sobre el suelo.
-¡Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce, trece, catorce! -gritaron al unísono.
-¡Catorce manzanas en total! -exclamó Susi.
Lolo miró orgulloso a su amiga y dijo:
-¡Deberíamos hacer esto de nuevo! ¡Es divertido aprender a contar mientras recogemos manzanas!
A partir de ese día, Lolo y Susi se convirtieron en los mejores contadores del bosque y contaron juntas cada vez que recolectaban frutas y exploraban nuevos lugares.
Y así, con cada manzana, se sumaban aventuras llenas de risas y aprendizaje, mientras Lolo y Susi disfrutaban de la belleza del bosque.
Colorín colorado, este cuento se ha acabado, pero no olviden contar siempre las cosas que les gusten, porque contar es jugar y aprender.
FIN.