Las aventuras de Mari, la mariposa de ala rota




En un hermoso jardín, vivía Mari, una mariposa muy curiosa y alegre. Pero un día, mientras revoloteaba entre las flores, un fuerte viento la golpeó y le rompió una de sus bellas alas.

Mari intentó volar, pero se dio cuenta de que no podía. -¡Ay, mis alas! ¡No puedo volar! -se lamentó. Con el corazón apesadumbrado, Mari decidió buscar ayuda. Buscó entre sus amigos insectos, hasta que encontró a Lucas, una hormiga muy inteligente.

-¡Lucas, necesito tu ayuda! ¿Puedes reparar mi ala rota? -preguntó Mari con tristeza. Lucas, con su habilidad para arreglar cosas, se ofreció a ayudarla. Juntos, buscaron palitos y hojas para armar un pequeño yeso para el ala de Mari.

Pasaron días y días cuidando el ala rota, hasta que finalmente sanó. Mari estaba emocionada, pero sabía que aún tenía mucho trabajo por delante. Decidió practicar día y noche batiendo sus alas, fortaleciéndolas poco a poco.

También, buscó consejos de otros insectos voladores, quienes le enseñaron técnicas para volar con un ala dañada. A pesar de las dificultades, Mari nunca se rindió. Un día, durante un hermoso atardecer, Mari finalmente logró elevarse en el aire. -¡Lo logré, lo logré! ¡Puedo volar de nuevo! -gritaba de alegría.

Todos sus amigos insectos la aplaudieron, felices de verla volar. Mari comprendió que, aunque la vida le presentara desafíos, con esfuerzo y perseverancia, todo era posible.

Desde ese día, Mari se convirtió en un ejemplo de valentía y determinación para todos en el jardín. Y volaba con más fuerza que antes, llegando a los lugares más lejanos con su amada ala reparada.

FIN.

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