Las aventuras de Martina y Valentina en la selva
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Estudio, donde vivían dos amigas muy traviesas y juguetonas: Martina y Valentina. Les encantaba jugar todo el día y siempre encontraban excusas para no hacer sus quehaceres.
Un día, la maestra de la escuela les dio una tarea muy importante. Debían investigar sobre los animales de la selva y preparar una presentación para exponer frente a toda la clase.
Martina y Valentina, en lugar de ponerse a trabajar en su tarea, decidieron ir al parque a jugar. Al llegar al parque, se encontraron con un hada madrina muy sabia que las observaba desde lejos.
El hada se acercó a ellas y les dijo: "Niñas, veo que prefieren jugar en lugar de hacer su tarea. Pero recuerden que es importante cumplir con nuestras responsabilidades antes de divertirnos". Martina y Valentina se sintieron avergonzadas por haber sido descubiertas.
Prometieron al hada que regresarían a casa para hacer su tarea inmediatamente. Al llegar a sus casas, se pusieron manos a la obra e investigaron sobre los animales de la selva con mucho entusiasmo. Pasaron horas leyendo libros y buscando información en internet.
A medida que aprendían más sobre los animales, su curiosidad crecía y se emocionaban por compartir todo lo que habían descubierto en su presentación. Finalmente, llegó el día de la exposición en clase.
Martina y Valentina subieron al frente del salón con confianza y comenzaron a hablar sobre los diferentes animales de la selva: el león, el mono, el tigre, entre otros. Todos sus compañeros estaban impresionados por lo bien preparada que estaba su presentación.
Al terminar la exposición, la maestra felicitó a Martina y Valentina por su excelente trabajo e interés en aprender cosas nuevas. Las dos amigas se sintieron muy orgullosas de sí mismas y prometieron nunca más dejar sus responsabilidades para último momento.
Desde ese día, Martina y Valentina comprendieron la importancia de hacer sus tareas antes de divertirse. Aprendieron que trabajar duro trae grandes recompensas y que siempre es mejor cumplir con nuestras obligaciones antes de disfrutar de nuestros momentos libres.
Y así, las dos amigas continuaron estudiando juntas, ayudándose mutuamente en cada tarea escolar y convirtiéndose en las mejores estudiantes de toda Villa Estudio gracias a su esfuerzo constante ¡y muchas ganas!
FIN.