Las Aventuras de Mavi y los Sabenumbers
Era un día brillante en la ciudad de Colorlandia, donde el sol siempre brillaba y los árboles danzaban con el viento. Mavi, una niña curiosa y llena de energía, miraba por la ventana deseando vivir una gran aventura.
Un día, mientras jugaba en el parque, Mavi vio algo inusual. Un grupo de criaturas redondas y coloridas saltaba y giraba alegremente. "¡Hola! ¿Quiénes son ustedes?"- preguntó Mavi, acercándose curiosa.
"¡Somos los Sabenumbers!"- dijeron al unísono. "Estamos aquí para jugar y aprender cosas nuevas. ¿Te gustaría unirte a nosotros?"-
Sin pensarlo dos veces, Mavi aceptó. Los Sabenumbers le enseñaron a saltar como ellos, y juntos comenzaron a saltar sobre las nubes de burbujas que flotaban por el aire.
"¡Salta, Mavi! ¡Tan alto como puedas!"- gritó uno de los Sabenumbers llamado Bobo. Mavi saltó y, por un instante, se sintió como una ave en el cielo. "¡Esto es increíble!"- exclamó.
Después de unos saltos, los Sabenumbers comenzaron a girar frenéticamente. Mavi, emocionada, trató de hacer lo mismo. "¡Mira cómo giro!"- dijo mientras daba vueltas y vueltas.
"¡Eso es! Pero cuidado, no te marees como el señor Verde, que siempre termina dando vueltas sin parar y se olvida de lo que iba a hacer."- rió otro Sabenumber llamado Tico.
Pero justo cuando Mavi estaba a punto de girar como nunca, el viento levantó fuertes ráfagas.
"¡Mavi, atrapa el viento!"- le gritaron. Ella, usando su mejor técnica de saltar y girar, se lanzó hacia el viento.
Aunque estaba divirtiéndose, Mavi tuvo un pequeño contratiempo y cayó. Sin embargo, no se rindió.
"Está bien, sólo tengo que intentarlo nuevamente."- dijo Mavi con una gran sonrisa y se levantó.
El grupo de Sabenumbers comenzó a animarla. "¡Integración, Mavi! ¡A los saltos!"-
Finalmente, Mavi decidió que toda esta aventura era también una oportunidad para enseñarles a los Sabenumbers a hacer patadas. "¿Quieren probar?"- preguntó entusiasmada.
Los Sabenumbers estaban un poco nerviosos, pero Mavi los guió: "Una patada se hace levantando la pierna y golpeando hacia adelante, ¡como un superhéroe!"-
"¡Yo quiero intentar!"- dijo Tico. Con un poco de esfuerzo, los Sabenumbers comenzaron a practicar las patadas, pero, ¡oh, no! Un Sabenumber llamado Pipo saltó tan alto que accidentalmente dio una patada a una nube, ¡haciéndola explotar en mil colores!"¡Mirá! ¡Es un arcoíris de nubes!"- gritó Bobo. El cielo se llenó de mil colores mientras todos reían de alegría por el inesperado éxito.
"¡Eso fue genial!"- dijo Mavi. "¿Y si hacemos una competencia de saltos, giros y patadas?"-
Los Sabenumbers se miraron entre ellos con gran emoción. "¡Sí! ¡Una gran competencia donde podemos volar en colores!"- gritaron.
Así que comenzaron a practicar todo el día. Se lanzaron al cielo, saltando y girando. Cada uno trataba de hacer la mejor patada al final de cada salto. Después de algunos ensayos, decidieron que era hora del evento.
"¡Que comience la competencia!"- anunció Mavi.
Saltaron y giraron, mostraron sus mejores patadas hacia las nubes. Mavi, abrazando su amor por el juego y la amistad, les gritó: "¡Todos ustedes son los ganadores porque se han esforzado muchísimo!"-
Y en ese momento, bajo un arcoíris brillante, los Sabenumbers se dieron cuenta de que lo más importante no era ganar, sino disfrutar cada instante, saltando, girando y pateando hacia el cielo.
Desde ese día, Mavi y los Sabenumbers se convirtieron en grandes amigos y juntos vivieron muchas más aventuras llenas de risas, saltos y colores.
Y así, Mavi aprendió que en la vida, aunque a veces uno caiga, siempre se puede volver a levantarse y seguir jugando.
Fin.
FIN.