Las Aventuras de Meraly y Maritza en España



Era una mañana soleada en Buenos Aires, cuando Meraly y su mamá, Maritza, estaban sentadas en el patio, disfrutando de unos riquísimos alfajores y tomando mate. Meraly estaba llena de preguntas sobre el mundo que la rodeaba.

"Mami, ¿te imaginás cómo será España?" - preguntó Meraly, con sus ojos brillando de emoción.

"Ay, mi vida, ¡debe ser hermoso!" - respondió Maritza, mientras acariciaba el cabello de su hija. "Las iglesias, los castillos, la comida... todo suena tan mágico."

Fue entonces que a Meraly se le ocurrió una idea.

"¿Y si vamos a España?" - propuso, con una gran sonrisa en su rostro.

Maritza se quedó pensando un momento.

"Es un viaje largo, Meraly, pero no es imposible. ¿Qué tal si primero hacemos una lista de las cosas que nos gustaría hacer allá?" - sugirió Maritza con entusiasmo.

Meraly sacó su cuaderno favorito y empezó a escribir:

"Ver la Sagrada Familia en Barcelona.

- Hacer una fiesta de paella.

- Visitar el Museo del Prado."

Las dos se emocionaron cada vez más y comenzaron a planear su aventura. Decidieron que aprenderían algunas palabras en español de España para poder comunicarse mejor.

"¿Sabías que en España se dice 'vosotros' en vez de 'ustedes'?" - dijo Meraly con curiosidad. "Es como si tuviéramos otra forma de hablar."

Maritza sonrió y asintió.

"Y también tienen un acento muy lindo. Tengo un amigo que fue y me contó que la gente en España es muy amable."

Pasaron los días y Meraly, con la ayuda de su mamá, se dedicó a buscar información sobre España en libros y videos en internet. Así se enteró de muchas cosas fascinantes: comidas típicas, culturas, festivales y tradiciones.

Un día, mientras revisaban un mapa de España, Maritza dijo:

"Mirá, Meraly, ¿qué tal si vamos a la Feria de Abril en Sevilla? ¡Es una celebración increíble!"

"¡Sí! Y podemos bailar flamenco, mamá. ¡Me encantaría!"

Animadas por sus investigaciones y todo lo que estaban aprendiendo, decidieron organizar un evento en su barrio para recaudar fondos para su viaje. Invitaron a amigos y vecinos a disfrutar de una tarde festiva con juegos, comida típica argentina y actividades de baile.

Mientras preparaban todo, Meraly tuvo una gran idea:

"Podríamos compartir lo que hemos aprendido sobre España con todos. Así, también ellos aprenderán con nosotras."

Maritza sonrió.

"Esa es una excelente idea. Podemos hacer una presentación sobre los lugares que queremos visitar y las cosas que nos gustaría hacer."

El evento fue un éxito total. La gente se divirtió, aprendió sobre España y hasta se unió a un par de bailes. Con las ganancias, Meraly y Maritza hicieron una buena colección de dinero para su viaje. Pero aún faltaba algo importante: el pasaporte.

"Mami, ¿cuándo vamos a conseguir mi pasaporte?" - preguntó Meraly.

"Hay que ir a la oficina de pasaportes, Meraly. Primero debemos hacer la cita. Vamos juntas, así te enseño todo el proceso, ¿te parece?" - respondió Maritza con una sonrisa.

Y fue así como osadas, junto a una lista de sueños y muchas ganas de aprender, fueron a la oficina para sacar el pasaporte. Meraly estaba un poco nerviosa, pero al mismo tiempo emocionada. Imaginaba todo lo que harían una vez que estuvieran en España.

Al salir, Maritza le dijo:

"¿Viste? Ya tenemos un paso más hacia nuestro viaje. ¡Estamos un paso más cerca!"

Meraly estaba tan feliz, que sonrió y saltó de alegría. Pero luego algo cambió en su rostro.

"¿Mami, y si no logramos el dinero suficiente para ir?" - preguntó con un tono inquietante.

Maritza se agachó y le miró a los ojos.

"Escuchame, Meraly. A veces las cosas no salen como uno espera, pero lo importante es no rendirse. Si no podemos ir a España este año, buscaremos otra forma y otra oportunidad. Siempre podemos aprender de nuestras experiencias."

Meraly respiró hondo y, con una sonrisa renovada, dijo:

"Tenés razón, mami. ¡Vamos a seguir trabajando!"

Finalmente, tras meses de esfuerzo y mucha planificación, llegó el día del viaje. En el aeropuerto, Meraly estaba llena de emoción mientras se despedía de su hogar. Apenas subieron al avión, miraba por la ventana, deseando ver las nubes más de cerca.

"Esto es un sueño hecho realidad, mami. ¡Eso significa que todo se puede si trabajamos por ello!" - exclamó Meraly.

Cuando aterrizaron en España, Meraly sacó su cuaderno con la lista de cosas que querían hacer y subjetivamente dijo:

"Ahora comienza la verdadera aventura. ¡Aprendamos todo lo que podamos!"

Y así, Meraly y Maritza compartieron risas, descubrimientos y muchas aventuras en España. Aprendieron a bailar flamenco, disfrutaron de una deliciosa paella y visitaron los hermosos lugares que siempre habían soñado. Cada experiencia estaba repleta de colores, sabores y el bello idioma español.

Al regresar a casa, Meraly y su mamá compartieron sus historias con todos sus amigos y vecinos, inspirando a otros a soñar en grande y a nunca rendirse, porque con esfuerzo y dedicación, cualquier aventura se puede hacer realidad.

FIN.

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