Las Aventuras de Mr Rooster



Había una vez en un hermoso y colorido corral, un gallo llamado Mr. Rooster. Su plumaje era de un brillante color rojo, y siempre despertaba a todos con su canto melodioso al amanecer.

Un día, mientras Mr. Rooster cantaba su "¡Kikirikiiii!", vio a una pequeña gallina llamada Clara que parecía un poco triste.

"¿Qué te pasa, Clara?" - preguntó Mr. Rooster.

"No sé dónde encontrar los mejores granos del corral para desayunar" - dijo Clara con una expresión de preocupación.

"¡No te preocupes! Vamos a buscarlos juntos" - respondió Mr. Rooster con una sonrisa.

Juntos salieron del corral. Mientras caminaban, encontraron a un grupo de patitos que jugaban al borde del estanque.

"¿Qué hacen ustedes tan felices?" - preguntó Mr. Rooster.

"¡Estamos buscando las hojas más ricas!" - gritó uno de los patitos.

"¿Pueden acompañarnos a buscar granos?" - preguntó Clara.

"¡Claro!" - respondió el patito. "Venid, nosotros también ayudaremos."

Así que los patitos se unieron a Clara y Mr. Rooster. Continuaron su camino y llegaron a un hermoso jardín lleno de flores. Allí había muchas mariposas volando de un lado a otro.

"Mira, Clara, ¿ves esas flores?" - dijo Mr. Rooster. "Tal vez podamos encontrar granos aquí".

Pero, cuando estaban a punto de buscar, una mariposa se acercó a ellos:

"¡Hola amigos! ¿Están buscando algo?" - preguntó la mariposa.

"Sí, estamos buscando los mejores granos del corral para desayunar" - respondió Clara.

"¡Sigan el camino de pétalos hacia la parra! Allí encontrarán los mejores granos del campo" - dijo la mariposa, moviendo sus alas de colores.

Mr. Rooster y Clara agradecieron a la mariposa y siguieron el camino de pétalos. Después de un rato, llegaron a una hermosa parra llena de granos brillantes y coloridos.

"¡Miren cuántos granos hay!" - exclamó Clara, salteando de felicidad.

"¡Podemos comer todos juntos!" - dijo Mr. Rooster. "Y además, no olvidemos a nuestros amigos los patitos."

Así que compartieron los granos con los patitos, y todos se sentaron bajo la sombra de la parra mientras disfrutaban de su delicioso desayuno.

Tan felices estaban todos, que decidieron que a partir de ese día, siempre saldrían juntos a explorar el campo en busca de nuevas aventuras.

"¡Kikirikiiii!" - cantó Mr. Rooster, lleno de alegría.

Y así, Mr. Rooster y sus amigos aprendieron que explorando juntos y ayudándose mutuamente podían encontrar lo que necesitaban y vivir grandes aventuras.

Desde ese día, cada mañana, Mr. Rooster, Clara y los patitos se unieron para buscar nuevos lugares y compartir su amor, enseñando a todos los animales del corral que la amistad siempre los llevaría a grandes descubrimientos.

FIN.

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