Las Aventuras de Ojo Verde
Había una vez en un bosque mágico, una criatura peculiar llamada Ojo Verde. Su piel era pálida y estaba llena de pequeñas líneas que parecían ra ses, y dos grandes ojos saltones que brillaban intensamente. Aunque su aspecto era extraño, Ojo Verde tenía un corazón lleno de bondad y curiosidad.
Un día, mientras caminaba por el bosque, Ojo Verde se encontró con un grupo de animales que estaban muy preocupados.
"¿Qué les pasa, amigos?" - preguntó Ojo Verde, acercándose con su peculiar andar.
"El río se ha secado y toda nuestra comida depende de él" - gritó Lila, la liebre, con sus orejas largas y caídas.
"Sí, y no sabemos qué hacer para ayudar" - añadió Tito, el zorro, moviendo su cola inquieto.
Ojo Verde, con su mirada brillante, se sintió inquieto. "No se preocupen, busquemos una solución juntos. Tal vez haya alguna manera de traer el agua de regreso al río". La idea hizo que Lila y Tito miraran a Ojo Verde con esperanza.
Los tres amigos decidieron dividirse para buscar pistas. Lila corrió hacia un claro donde crecía un viejo sauce que se decía que era sabio.
"¡Hola, viejo sauce!" - grito Lila "¿Sabés por qué se ha secado el río?"
El sauce dejó caer una hoja y respondió. "Hace tiempo, una gran roca bloqueó el cauce del agua en la montaña. Solo los más valientes se atreven a quitarla".
Lila volvió rápidamente para contarles a Ojo Verde y Tito.
"¿Y qué haremos? La roca debe de ser muy grande" - dijo Tito, un poco asustado.
Ojo Verde, decidido, les dijo: "No estoy seguro de ser fuerte, pero tengo una idea. Si trabajamos juntos, podemos hacerlo. ¡Tal vez hasta podamos pedir ayuda a otros animales del bosque!"
Así que Ojo Verde, Lila y Tito comenzaron a reunir a todos sus amigos: la tortuga, los pájaros canoros, incluso a los tímidos ciervos. Todos escucharon atentamente la enorme tarea que debían realizar, y aunque algunos eran escépticos, al final decidieron que la única manera de resolverlo era unirse.
Al día siguiente, todos se enfilaron hacia la montaña. Mientras subían, Ojo Verde se dio cuenta de algo brillante entre las piedras. "¡Miren! ¡Es una gema!" - exclamó con sus ojitos reluciendo.
"¿Qué hace una gema aquí?" - preguntó Lila.
"Quizás sea mágica. Tal vez con ella podamos hacer que la roca se mueva" - dijo Ojo Verde, entusiasmado.
Todos los animales tocaron la gema mientras Ojo Verde cerraba los ojos y deseaba que el río volviera a fluir. De repente, un fuerte temblor recorrió la montaña, y la gigante roca comenzó a moverse.
"¡Lo logramos!" - gritó Tito mientras todos saltaban de alegría.
Con la roca finalmente removida, el agua comenzó a fluir nuevamente hacia el río, llenando las orillas vacías. Los animales estaban felices y agradecidos, y la risa llenó el aire.
"Ojo Verde, ¡fuiste increíble! Sin vos no lo hubiéramos logrado" - le dijo Lila, mientras le daba un abrazo.
"Gracias, pero fue gracias a todos ustedes. Cada uno de nosotros aportó su parte, y juntos somos más fuertes" - respondió Ojo Verde con una sonrisa.
Desde aquel día, los animales aprendieron que la verdadera fuerza está en la unidad y en la amistad. Ojo Verde, a pesar de su peculiar apariencia, se convirtió en el héroe del bosque, demostrando que no importa cómo nos veamos, lo que realmente cuenta es lo que hay en nuestro corazón. Y así, con su mirada brillante y su gran corazón, Ojo Verde siguió viviendo muchas más aventuras junto a sus amigos.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. La moral de la historia es que siempre es mejor trabajar en equipo y que la amistad no tiene nada que ver con las apariencias.
FIN.