Las aventuras de Rafi el Mancheguito
Era un soleado lunes, cuando Rafi, un alegre mancheguito de ocho años, llegó a su nueva escuela. Con su mochila a rayas y una gran sonrisa, estaba listo para aprender y hacer nuevos amigos. Pero había algo que lo mantenía nervioso: la letra 'r'. Rafi había escuchado a sus compañeros hablar sobre la diferencia entre la 'r' fuerte y la 'r' suave, y no quería hacer el ridículo en clase.
El primer día de clases, la maestra, la Señorita Carmen, les explicó el tema con entusiasmo:
"Hoy vamos a aprender sobre la letra 'r'. ¿Alguien puede darme un ejemplo de palabras que empiecen con 'r' fuerte?"
Rafi levantó la mano emocionado.
"¡Yo! ¡Rocco!"
"¡Muy bien, Rafi! Rocco es un perro muy bonito. Y ahora, ¿alguien puede decirme una palabra con 'r' suave?"
Una niña, Sofía, intervino rápidamente:
"¡Río!"
La clase aplaudió y Rafi sintió una punzada de inseguridad.
"¿Y si me confundo?" se preguntó en voz baja.
Al llegar a casa, Rafi se sentó con su papá, que siempre le ayudaba con los deberes.
"Papá, hoy aprendí sobre la 'r' y tengo un poco de miedo de confundirme. ¿Cómo puedo practicar?"
"No te preocupes, Rafi. Aprender es un proceso. Podemos jugar un juego. Te diré palabras y tú me dices si tienen 'r' fuerte o suave. ¿Te parece?"
"¡Sí! ¡Vamos a jugar!"
Así hicieron. Papá decía palabras como 'ratón' y Rafi contestaba con determinación. Sin embargo, cuando llegó a 'mariposa', dudó:
"Es... es... 'r' suave, ¿verdad?"
"¡Exacto!", respondió su papá, dándole una palmadita en la espalda.
Pasaron los días y Rafi estaba aprendiendo, aunque aún tenía dudas. En el recreo, decidió hablar con su amigo Lucas:
"Lucas, ¿te gustaría jugar a inventar palabras con 'r'?"
"¡Claro!"
Lucas pensó un momento y dijo:
"Yo digo 'reina'."
Rafi sonrió y le contestó:
"¡Y yo digo 'rama'! ¿Es fuerte o suave, eh?"
"¡Suave!" replicó Lucas triunfante.
"¡Sí! ¡Vamos, lo estamos haciendo!"
Un día, se acercaba el concurso de talentos de la escuela, y Rafi estaba decidido a participar. Pero, al pensar en hacerlo frente a todos, el miedo volvió a invadirlo. ¿Y si se confundía durante la presentación?"No puedo hacer esto", dijo desesperado a Sofía.
"Pero Rafi, ¡tenés que intentarlo! No te preocupes, ¡nosotros te vamos a apoyar!"
Con el aliento de sus amigos, Rafi se atrevió a subir al escenario.
"Hola a todos, soy Rafi y hoy voy a..." de repente se paralizó.
Recordó todo lo que había practicado y, haciendo una pausa, respiró hondo.
"Quiero contarles un chiste. ¿Qué le dijo un río a otro río? ¡Río!"
El público se rió y Rafi se sintió más aliviado. Continuó:
"El río suave me hace sentir feliz porque está lleno de peces. Los peces, como los amigos, nadan juntos. ¡Y eso es divertido!"
La sala estalló en risas y aplausos.
Finalizado el concurso, sus compañeritos lo aclamaban:
"¡Lo lograste, Rafi!"
"¡Sí, lo hiciste genial!"
Rafi no podía creerlo.
"Gracias, chicos. Me ayudaron mucho. Lo menos que hice fue confundirme, ¡fue increíble!"
Desde ese día, Rafi no tuvo miedo de la 'r' y supo que, con el apoyo de sus amigos, podía superar cualquier obstáculo. Aprendió que aprender no siempre sigue un camino perfecto, sino que se trata de intentarlo y divertirse en el proceso. Y así, el mancheguito siguió explorando su nuevo mundo de palabras, siempre con una sonrisa en el rostro y un montón de historias que contar.
FIN.