Las aventuras de Roberto entre sombras



Era una noche oscura y sombría en el pequeño pueblo de Los Colores. Roberto, un chico de diez años con una gran imaginación, se encontraba inquieto en su habitación. Afuera, el viento aullaba entre los árboles, y las sombras parecían danzar a su alrededor.

"¿Por qué siempre tiene que ser tan tétrica la noche?" - se preguntó Roberto, mirando por la ventana. De repente, una luz brillante apareció en el patio trasero. Intrigado, decidió salir a investigar.

Al abrir la puerta, se encontró con una pequeña luciérnaga que revoloteaba cerca de su cara.

"Hola, Roberto. Soy Luz y vengo a mostrarte algo especial" - dijo la luciérnaga, brillando intensamente.

"¿Algo especial? ¿Qué es?" - preguntó Roberto, sorprendido.

"Te llevaré a un lugar donde las sombras no son lo que parecen" - respondió Luz emocionada.

Sin pensarlo dos veces, Roberto siguió a la luciérnaga, que iluminaba su camino. Juntos atravesaron el jardín y se adentraron en un bosque que parecía más oscuro que una noche sin luna. Pero Luz iluminaba el camino, haciéndolo vibrante y lleno de colores.

"¿Ves esas sombras?" - preguntó Luz, señalando un grupo de sombras grandes que se movían de un lado a otro.

"Sí, parecen un poco intimidantes..." - respondió Roberto, un poco nervioso.

"Lo son, pero hoy te mostraré que pueden ser tus aliadas" - dijo Luz sonriendo.

Esa frase hizo que Roberto se sintiera un poco más valiente. Continuaron caminando hasta que llegaron a un claro donde las sombras se agruparon, formando distintas figuras.

"¿Qué son estas sombras?" - preguntó Roberto.

"Son amigos que han estado esperando a alguien como vos, que sepa ver más allá de lo que se ve. Mirá atentamente" - explicó Luz.

Roberto se acercó y, con un poco de concentración, empezó a distinguir formas familiares en las sombras: había un perro, una mariposa y hasta un dragón.

"¡Increíble! ¿Puedo jugar con ellos?" - exclamó Roberto emocionado.

"¡Claro! Pero primero debes aprender algo importante. Siempre que te acerques a lo desconocido, no lo juzgues solo por su aspecto. A veces, lo que parece oscuro y aterrador puede ser solo una oportunidad esperando a que la descubras" - dijo Luz.

Así, Roberto se unió a las sombras, que lo guiaron en un juego de saltos y risas. Aprendió a ver la belleza en lo que antes le daba miedo, y se dio cuenta de que en la variedad y la diferencia, se encuentra la magia de la vida.

"Gracias, Luz. Nunca pensé que las sombras pudieran ser tan divertidas" - dijo Roberto, con una sonrisa en su rostro.

"Siempre que revises un nuevo lugar o una nueva situación, recuerda tus amigos de los colores y las sombras. La vida está llena de sorpresas" - respondió Luz, mientras regresaban al camino de regreso a casa.

Cuando Roberto llegó a su habitación, ya no sentía miedo por la noche. Comenzó a dibujar a sus nuevos amigos de sombras y, desde aquel día, cada noche se convirtió en una aventura esperando ser contada.

Al mirar por la ventana, sonrió y dijo:

"La noche no es oscura ni sombría, ¡es una oportunidad para brillar!"

Y así, Roberto se durmió en paz, sabiendo que la magia podía encontrarse en cualquier rincón durante la noche más oscura.

Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.

FIN.

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