Las Aventuras de Sombra y Maple
Sombra y Maple eran dos perros muy traviesos que vivían en un apartamento en la ciudad. Sombra, la perra negra de ojos brillantes, era curiosa y siempre estaba en busca de nuevas aventuras. Maple, su compañero de pelo marrón y una sonrisa traviesa, era el rey de las travesuras. Juntos, eran un dúo dinámico que nunca dejaba de sorprender a su dueña, Lucía.
Un día, mientras Lucía salió a hacer su compra, Sombra y Maple se miraron complicidad.
"¿Qué hacemos hoy?" - preguntó Sombra.
"¡Cacería de zapatillas!" - exclamó Maple felizmente.
Y así, como si de un plan maestro se tratara, los dos perritos comenzaron a buscar zapatillas por todo el departamento.
Primero, entraron en el cuarto de Lucía.
"¡Mirá este par, son perfectas para destruirlas!" - dijo Sombra, mientras mordía una de las zapatillas.
"Y tan olorosas..." - agregó Maple, disfrutando del aroma.
La misión causó risas y carreras, y en poco tiempo el departamento se convirtió en un campo de aventura: almohadas desparramadas, pelotas rodando y, por supuesto, zapatillas mordisqueadas.
Pero, de repente, se escuchó un estruendo. Sombra había tirado un jarrón al suelo.
"¡Oh no!" - gritó la perra. "La tía Lucy se va a enojar mucho..."
"¿Qué hacemos?" - preguntó Maple, un poco asustado.
En ese momento, la puerta del departamento se abrió, y Lucía volvió a casa.
"¿Qué ha pasado aquí?" - preguntó con asombro, mirando el caos a su alrededor.
"Nosotros... erm, solo estábamos..." - trató de improvisar Sombra, pero no había palabras que pudieran ocultar lo que habían hecho.
Al ver a sus dos perritos con caras de culpa, Lucía sintió una mezcla de risa y tristeza. "No pueden seguir haciendo esto, chicos. El departamento no es un parque de juegos..."
Sombra y Maple, viendo que su dueña se preocupaba, bajaron las orejas.
"Lo sentimos mucho, Lucía… No queríamos romper nada," - dijo Maple.
"Prometemos que no volverá a pasar," - añadió Sombra.
Lucía se agachó, y con una voz suave explicó:
"Entiendo que son traviesos y les gusta jugar, pero hay un lugar y una forma de hacerlo. ¿Qué les parece si encontramos una manera de divertirse sin romper cosas?"
Sombra y Maple se miraron y asintieron con las cabezas. Después de un rato de charla, todos juntos decidieron que al día siguiente harían un "super parque de juegos" dentro del depa.
"Haremos una pista de obstáculos con almohadas y mantas, ¡será genial!" - gritó Maple emocionado.
"Y podemos usar los juguetes que tenemos para hacer competencias," - agregó Sombra.
Con el paso de los días, Sombra y Maple se convirtieron en los reyes de su nueva pista de obstáculos. Lucía siempre estaba a su lado, y ahora cuando ella salía, se quedaban contentos y entretenidos con sus juegos en lugar de destruir el departamento.
FIN.