Las aventuras de Valentina y Sofía en el parque de las uvas


Valentina y Sofía eran dos niñas a las que les encantaba ir al parque a jugar y siempre llevaban consigo una bolsita llena de deliciosas uvas. Les encantaba sentarse en el césped y disfrutar de su sabor dulce y refrescante.

Un día, mientras estaban comiendo uvas, escucharon a lo lejos la risa de un hada. Intrigadas, se levantaron y comenzaron a seguir el sonido, adentrándose en un área del parque que nunca habían explorado.

Por fin, llegaron a un claro rodeado de hermosos viñedos. Allí se encontraron con Iris, el hada de las uvas. -Hola, niñas. Veo que disfrutan de las uvas tanto como yo. -dijo el hada con una sonrisa radiante.

Las niñas no podían creer lo que veían, ¡un hada de las uvas! Iris les contó que las uvas de ese viñedo eran mágicas, capaces de conceder un deseo a quien las comiera con gratitud y alegría.

Pero también les advirtió que no debían tomar más de lo necesario y siempre agradecer a la naturaleza por sus regalos. Las niñas asintieron emocionadas y cada una tomó una uva.

Valentina cerró los ojos y pidió por la salud de su abuelita, mientras que Sofía pidió por un nuevo parque de juegos para los niños del barrio. Al abrir los ojos, se sorprendieron al ver que estaban rodeadas de luz y los viñedos brillaban con intensidad.

De regreso en su casa, Valentina y Sofía descubrieron que el deseo de cada una se había cumplido. A partir de ese día, las niñas aprendieron a valorar la magia de la naturaleza y a ser agradecidas por todo lo que tenían.

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