Las Aventuras de Zorba y la Luz Mágica
En un mágico pueblo de Aragón llamado Coloresia, vivían criaturas fantásticas. Zorba era un pequeño dragón azul con alas de mariposa, conocido por su curiosidad e ingenio. Sus amigos eran Pipa, una duende traviesa que siempre llevaba una mochila llena de sorpresas, y Tito, un troll amistoso que adoraba contar historias.
Una mañana brillante, Zorba decidió que era el momento de una nueva aventura y reunió a sus amigos.
"¡Pipa, Tito! ¡Hoy vamos a buscar la Luz Mágica!" - exclamó Zorba, aleteando emocionado.
"¿La Luz Mágica?" - preguntó Pipa, con sus ojos brillando de entusiasmo. "He escuchado que está escondida en la cima del Monte Arcoíris."
"¿No es peligroso?" - dijo Tito, frunciendo el ceño. "He oído que hay que cruzar el bosque encantado."
"¡Bah! No hay nada que temer. Si vamos juntos, lo lograremos!" - dijo Zorba, decidido.
Los tres amigos emprendieron su viaje. Al principio, el bosque encantado era hermoso, lleno de flores que brillaban como estrellas. Sin embargo, pronto se encontraron con un gran problema. Un río de lava bloqueaba su camino.
"¿Cómo cruzamos esto?" - preguntó Tito, nervioso.
Zorba pensó un momento y tuvo una idea brillante.
"¡Podemos usar mi aliento de fuego para calentar las piedras y hacerlas más seguras!" - propuso.
"¡Buena idea! Pero, ¿y si se ennegrecen?" - dijo Pipa, preocupada.
"No te preocupes, podemos pintar las piedras después con mis colores mágicos. ¡Espera!" - sonrió Zorba mientras soplaba su aliento de fuego sobre las piedras, cubriéndolas con una capa de metal brillante.
Justo cuando estaban a punto de cruzar, un enorme minotauro apareció.
"¡Deténganse!" - rugió. "Nadie puede pasar sin resolver mi acertijo."
Zorba, algo asustado, dio un paso al frente y preguntó.
"¿Cuál es tu acertijo?"
"Si puedes responderme, podrán seguir su camino: ¿Qué es lo que siempre sube y nunca baja?" - preguntó con voz profunda.
Los amigos miraron confundidos. Tito se rasco la cabeza, mientras que Pipa pensó intensamente.
"¡Ya sé!" - gritó Pipa. "¡Es la edad! Siempre sube y nunca baja."
El minotauro quedó sorprendido.
"¡Bien hecho! Pueden pasar, valientes!" - dijo el minotauro, retirándose para permitirles el paso.
La aventura continuó, y finalmente, llegaron a la cima del Monte Arcoíris. Allí se encontraron con una esfera brillante, la Luz Mágica. Pero, al acercarse, notaron que también había un dragón gigante custodiándola.
"¡Solo aquellos que demuestren tener un corazón valiente pueden obtener la Luz Mágica!" - retó el dragón.
Zorba, aunque pequeño, respiró hondo y se adelantó.
"Nosotros venimos de un pueblo donde la magia existe en nuestros corazones, y la Luz Mágica solo puede usarse para ayudar a los demás. ¿Podrans escuchar nuestro deseo?"
El gigante lo observó por un momento y luego sonrió.
"¡Eso me gusta! Este lugar no solo es para tomar, sino también para compartir el poder. Tomen la Luz Mágica y háganla brillar en su pueblo."
Zorba, Pipa y Tito tomaron la esfera brillante con muchas ganas y regresaron a Coloresia. Decidieron organizar una gran fiesta,
"¡Miren lo que hemos traído!" - exclamó Zorba.
Con la Luz Mágica iluminando el pueblo, todos los seres de Coloresia se unieron en una celebración. Cada uno compartió sus talentos, ya fueran historias contadas por Tito, travesuras de Pipa o las melodías mágicas de Zorba.
Y así, el pueblo se volvió aún más colorido y lleno de alegría, porque no importa cuán lejos vayas, lo que realmente importa son los amigos con los que compartís el viaje.
FIN.