Las Aventuras del Caballo Dylan



Había una vez, en un lejano reino, un hermoso corcel llamado Dylan. Su pelaje era blanco como la nieve y sus ojos brillaban como dos estrellas. Dylan era conocido por su valentía y su gran corazón. Cada día, galopaba por los verdes prados y soñaba con ser el héroe de una gran aventura.

Un día, el príncipe Ciro, valiente y noble, se acercó a Dylan. "Dylan, necesito tu ayuda. La hermosa princesa Sofía ha sido capturada por un dragón malo y feo que la mantiene encerrada en una alta torre. Debemos rescatarla!"-

Dylan, emocionado por la propuesta, respondió: "¡Estoy listo, príncipe Ciro! Vamos a salvar a la princesa!"-

Los dos amigos partieron a toda velocidad hacia la torre, atravesando bosques encantados y ríos brillantes. El sol brillaba y el viento soplaba a su favor, como si la naturaleza misma apoyara su noble misión.

Cuando llegaron a la torre, se encontraron con el dragón. Su aliento era de fuego y su mirada feral. "¿Quiénes son ustedes para intentar salvar a la princesa?"- bramó el dragón.

"¡Soy el príncipe Ciro y este es mi valiente caballo Dylan! Venimos a liberar a la princesa Sofía!"- respondió Ciro con voz firme.

El dragón, riendo de forma burlona, les dijo: "¿Y qué pueden hacer ustedes? Estoy aquí para proteger la torre y no dejaré que se acerquen!"-

Dylan, viendo que la situación se ponía difícil, se acercó al dragón con calma. "Por favor, querido dragón, no queremos pelear contigo. Solo estamos aquí para ayudar a Sofía. ¿No podrías dejarnos hablar con ella?"-

El dragón, sorprendido por la valentía y la paz de Dylan, reflexionó. "No esperaba eso de un caballo. Está bien, pueden hablar con la princesa, pero solo por cinco minutos"- dijo, mientras deslizaba un ala para permitirles pasar.

Ciro y Dylan subieron las escaleras de la torre y encontraron a la princesa Sofía, triste y asustada. "¿Príncipe Ciro? ¿Y tú, hermoso caballo?"- preguntó Sofía.

"¡Hemos venido a rescatarte!"- exclamó Ciro. "Pero primero, necesitamos entender por qué el dragón te tiene prisionera"-.

"No es un dragón malo en realidad. Está solo, sin amigos. Nadie quiere acercarse a él porque se ve aterrador, y eso lo hace sentir triste. ¡Ayúdame a mostrarle cariño!"- respondió Sofía con una mirada comprensiva.

Dylan y Ciro se miraron, y juntos decidieron que debían cambiar la situación. Salieron de la torre y se acercaron al dragón. "Hemos hablado con Sofía y creemos que lo que necesitas es un amigo"- dijo Dylan, tratando de ser amable.

El dragón, con una mirada nostálgica, contestó: "Siempre he querido tener amigos, pero todos me temen."-

Ciro, con una sonrisa, añadió: "Todos tienen miedo a lo desconocido. Si nos dejas mostrarte que puedes ser compañero de juegos, estamos seguros de que eres mucho más que un dragón feo."-

Luego de un rato de charla, el dragón se sintió más seguro. "¿De verdad quieren ser mis amigos?"- preguntó, un brillo de esperanza en sus ojos.

"¡Claro que sí! Ven, saltemos juntos al campo y juguemos!"- dijo Dylan. Y así fue que el dragón, Ciro y Dylan se unieron a la princesa Sofía y comenzaron un gran juego de aventuras.

La tristeza se transformó en alegría y el dragón se convirtió en su protector. Desde ese día, el dragón, ahora conocido como Drako, se convirtió en el mejor amigo de Sofía, Ciro y Dylan. Llena de confianza, la torre se convirtió en un lugar alegre, donde todos disfrutaban de la compañía.

Dylan aprendió que no hay que juzgar por las apariencias, y Ciro entendió que la verdadera valentía se encuentra en la amistad y el entendimiento. Juntos, estos cuatro amigos demostraron que, a veces, los que parecen ser los más aterradores solo necesitan un poco de amor para convertirse en los más valiosos compañeros de aventura.

FIN.

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