Las aventuras del oso que visitó a su mamá


Había una vez un oso llamado Benito que decidió hacer un viaje para visitar a su mamá que vivía al otro lado del bosque. Emocionado, Benito se preparó con su mochila, donde guardó algunas golosinas para el camino.

"Mamá, mamá, voy de visita, nos vemos pronto", dijo Benito con entusiasmo. "Ten cuidado en el camino, hijo. No te olvides de mirar a ambos lados antes de cruzar", respondió su mamá con dulzura.

Mientras caminaba, Benito se encontró con un conejito que estaba llorando. "¿Qué te pasa, amiguito?", preguntó Benito. "Me perdí y no encuentro el camino a casa", respondió el conejito entre sollozos. Sin pensarlo dos veces, Benito decidió ayudar al conejito a encontrar su hogar.

Juntos exploraron el bosque, preguntando a los demás animales por la dirección correcta. Finalmente, lograron encontrar la madriguera del conejito y su mamá lo recibió con alegría. El conejito agradecido abrazó a Benito y le regaló una zanahoria como muestra de agradecimiento.

Siguiendo su camino, Benito se topó con un río que necesitaba cruzar. Afortunadamente, una familia de castores construía un puente y le ofrecieron amablemente llevarlo al otro lado. Benito se despidió de los castores agradecido y continuó su viaje.

Finalmente, llegó a casa de su mamá, quien lo recibió con los brazos abiertos. Pasaron unos días maravillosos juntos, compartiendo historias, juegos y risas.

Llegó el momento de regresar a casa, y en el camino de vuelta recordó todas las divertidas aventuras que vivió durante su viaje. Benito comprendió que siempre hay oportunidades para ayudar a los demás y que la amabilidad es recompensada con gratitud y nuevos amigos.

Con el corazón lleno de alegría, Benito regresó a su hogar, ansioso por volver a vivir nuevas aventuras.

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