Las aventuras en el laboratorio del colegio San Pedro



Era un día soleado en el colegio San Pedro. Los estudiantes estaban emocionados porque era día de laboratorio. Juan, Tobías, Arantza y Johpse se reunieron en la entrada del laboratorio.

"¿Están listos para experimentar?" - preguntó Juan sonriendo, mientras mostraba su bata blanca llena de manchas de color.

"Sí, pero vamos a recordar las normas primero" - dijo Arantza, ajustándose las gafas. Ella siempre había sido la más responsable del grupo.

"Bah, ¿qué tanto? Si no pasa nada" - respondió Tobías, cruzando los brazos.

"No digas eso, Tobías. Las normas están para cuidarnos" - indicó Johpse, con voz firme.

Revisaron las normas del laboratorio.

1. Siempre usar bata.

2. No correr.

3. Mantener el área de trabajo limpia.

4. No comer ni beber.

5. Usar gafas de seguridad.

Mientras leían, Juan tuvo una idea para un experimento con vinagre y bicarbonato de sodio.

"¡Vamos a hacer un volcán!" - exclamó, emocionado.

"Sólo si seguimos las normas, Juan" - replicó Arantza.

Los cuatro se pusieron manos a la obra. Prepararon todos los materiales: un recipiente, vinagre, bicarbonato, y colorante rojo para que pareciera lava.

"¡Soy el científico más genial!" - dijo Tobías mientras se ponía las gafas de seguridad.

Cuando todo estuvo listo, Juan vertió el vinagre en el recipiente y luego echó el bicarbonato.

"¡Miren cómo burbujea!" - gritó Johpse, maravillado por la reacción.

Pero, de repente, el recipiente se desbordó y el —"lava"  color rojo saltó por todos lados.

"¡Esto es un desastre!" - exclamó Arantza, tratando de contener la risa mientras el volcán imaginario llenaba de espuma la mesa.

"¡¿Y ahora? !" - dijo Tobías, mirando asustado.

"Recuerden, hay que mantener el área de trabajo limpia" - respondió Johpse, y rápidamente buscó papel para limpiar.

"¡No, no! ¡Eso no es lo que dice la norma número 4!" - gritó Arantza.

"¿No se puede comer o beber? Pero estoy afuera de la zona de trabajo, ¿no?" - preguntó Tobías, sorprendiendo a todos.

"¡Tobías!" - dijo Juan, riendo. "No es hora de comer galletitas, mirá lo que hicimos."

Después de limpiar, el grupo se sintió un poco más relajado.

"¿No les parece que hicimos un buen experimento?" - dijo Johpse.

"Sí, pero no se olviden de las normas" - recordó Arantza.

El día continuó con más experimentos, siempre con pequeñas travesuras y risas que enriquecían su aprendizaje.

Al terminar, Juan miró a sus amigos y les dijo:

"A veces las normas pueden parecer aburridas, pero hoy aprendimos que no sólo nos protegen, también nos hacen disfrutar más de lo que hacemos".

Todos asintieron, sintiendo que la mezcla de diversión y aprendizaje era la fórmula perfecta.

"¡Hasta la próxima aventura en el laboratorio!" - gritó Tobías.

Los cuatro amigos se marcharon alegres, con la promesa de seguir explorando el laboratorio mientras recordaban las importantes normas que siempre debían seguir.

Así, el día en el laboratorio del colegio San Pedro no solo fue diferente, sino que les enseñó la importancia de la responsabilidad y la creatividad, recordándoles que juntos podían lograr grandes cosas, siempre cuidándose los unos a los otros.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!