Las Aventuras Fraccionarias en El Colibrí Feliz


Había una vez en la escuela "El Colibrí Feliz", una maestra muy especial llamada Maestra Karina. Todos los niños del colegio adoraban sus clases de matemáticas, ya que las hacía divertidas y fáciles de entender.

Un día, en el aula de Maestra Karina, estaba Tomás, un niño muy curioso que siempre tenía mil preguntas. Hoy estaban aprendiendo sobre fracciones y a Tomás le costaba un poco entenderlas.

"Maestra Karina, ¿cómo puedo saber cuánto es la mitad de 6 manzanas?" - preguntó Tomás con cara de concentración. Maestra Karina sonrió y se acercó a su escritorio. Sacó seis manzanas rojas y las colocó sobre la mesa.

Luego tomó un cuchillo y cortó tres manzanas por la mitad. "Tomás, ¿cuántas manzanas ves ahora?" - preguntó Maestra Karina. "¡Ahora veo seis medias manzanas!" - exclamó Tomás emocionado al ver cómo funcionaba la fracción.

Maestra Karina explicó que cuando dividimos algo en dos partes iguales, estamos obteniendo la mitad. Y así, con ejemplos prácticos y divertidos, todos los niños comenzaron a comprender las fracciones mucho mejor.

Pero justo cuando pensaban que ya lo habían entendido todo, entró al aula el travieso gato de la escuela, Mishi. Mishi saltaba por todas partes e hizo caer las manzanas al piso desordenando todo. "Oh no, ¡las manzanas están todas revueltas ahora!" - exclamaron los niños preocupados.

Maestra Karina sonrió y les dijo: "No se preocupen chicos, esto nos da una oportunidad para aprender algo nuevo". Entonces juntos ordenaron las medias manzanas en parejas completas formando nuevamente las seis enteras.

Al final del día, todos los niños estaban felices porque habían aprendido sobre fracciones de una manera diferente y entretenida gracias a Maestra Karina. Y prometieron practicar más en casa para sorprenderla con sus progresos cada día.

Desde ese momento, las clases de matemáticas con Maestra Karina se convirtieron en las favoritas de todos los niños del colegio El Colibrí Feliz. Y cada vez que veían frutas cortadas por la mitad o revueltas recordaban la divertida lección sobre fracciones que habían aprendido juntos.

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