Las Aventuras Geométricas en la Escuela



Era un día soleado en la Escuela Primaria Geométrica. Todos los niños y niñas estaban emocionados porque ese día tenían una clase especial sobre figuras geométricas. La maestra, la Señorita Cuadrada, les había prometido una aventura extraordinaria.

"¡Buenos días, clase!", saludó la Señorita Cuadrada. "Hoy vamos a aprender sobre nuestras amigas, las figuras geométricas. ¡Prepárense para una aventura!"

Los alumnos, emocionados, comenzaron a formar un círculo en el patio. Al instante, las figuras geométricas comenzaron a cobrar vida. Un Triángulo con una sonrisa brillante se acercó.

"¡Hola! Soy Triángulo, y tengo tres lados y tres ángulos. ¿Sabían que puedo formar cosas divertidas como una tienda de campaña?"

"¡Qué genial!", exclamó un niño llamado Lucas. "¿Puedo hacer una tienda de campaña con vos?"

"¡Claro! Vení, yo te muestro cómo", contestó Triángulo, mientras empezó a mostrarle a Lucas cómo hacer una estructura.

Mientras tanto, un Circulo rodaba alegremente hacia el grupo.

"¡Hola, amigos! Soy Círculo. Tengo una forma redonda y nunca termina. ¿Quieren jugar a hacer una carrera?"

"¡Sí!", gritaron los niños y todos empezaron a rodar con el Círculo que reía contento.

Pero de pronto, una figura oscura y puntiaguda llegó revoloteando. Era la Pirámide, y parecía un poco triste.

"¿Qué te pasa, Pirámide?", le preguntó la Señorita Cuadrada.

"Me siento sola. Siempre estoy en los dibujos, pero nadie juega conmigo", respondió Pirámide con un suspiro.

"No llores, Pirámide. ¿Por qué no te unes a nosotros?", sugirió Círculo.

"Sí, vení a jugar con nosotros. Podemos construir algo grande juntos", agregó Triángulo.

Pirámide se iluminó al escuchar esto y se unió al juego. Juntos, comenzaron a juntar sus formas y crearon un espectacular castillo de figuras. Todos estaban maravillados con lo que estaban construyendo.

"¡Miren lo que hacemos!", gritó Lucas mientras levantaba una torre hecha de Triángulos y un Círculo como base.

Sin embargo, justo cuando estaban a punto de término su castillo, una ráfaga de viento comenzó a soplar.

"¡Cuidado!", gritó la Señorita Cuadrada. "El viento puede derribar nuestra torre. ¡Cada uno tiene que usar su forma para sostenerlo!"

Así, los niños recordaron lo que cada figura podía hacer. Círculo se colocó base, los Triángulos sostuvieron los lados y la Pirámide puso su forma puntiaguda en la cima para que todo estuviera equilibrado. La combinación de sus talentos dio como resultado un impresionante castillo.

"¡Lo logramos!", exclamó Pirámide, con un brillo de alegría en sus ojos.

"Sí, ¡trabajamos juntos!", dijo la Señorita Cuadrada con orgullo. "Eso es lo que importa, la colaboración y el aprovechamiento de nuestras diferencias."

Al finalizar el día, los niños aprendieron que cada figura tiene sus características únicas que pueden ser útiles y que, trabajando en equipo, pueden crear cosas maravillosas.

"¡No puedo esperar para contarle a mis padres!", dijo Lucas mientras regresaban al aula.

"Y yo le contaré a mis amigos que a veces podemos sentirnos solos, pero siempre hay una manera de incluirnos", agregó Pirámide feliz.

Desde ese día, los niños de la Escuela Primaria Geométrica no solo jugaron con sus figuras, sino que comprendieron el valor de la amistad, el trabajo en equipo y la creatividad. Y así, cada semana esperaban con ansias su clase de geometría, donde aventuras como estas se convertían en su aprendizaje diario.

FIN.

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