Las aventuras precavidas de Riki el ratón
Había una vez en una lejana aldea, un pequeño ratón llamado Riki. Riki era muy curioso y siempre estaba buscando aventuras nuevas.
Un día, mientras exploraba el bosque cercano a su hogar, se encontró con un hermoso árbol de manzanas. Riki no podía resistirse a la tentación de probar las deliciosas manzanas que colgaban de las ramas del árbol. Así que empezó a subir por el tronco para alcanzarlas.
- ¡Cuidado Riki! - gritó su amiga la ardilla desde abajo - Ese árbol es peligroso, mejor no te subas. Pero Riki no escuchó los consejos de su amiga y siguió escalando hasta llegar a la cima del árbol.
Allí encontró las manzanas más jugosas y sabrosas que había probado en su vida. Sin embargo, cuando intentó bajar del árbol se dio cuenta de que había perdido el equilibrio y empezó a caer hacia abajo.
Por fortuna, fue atrapado por unas hojas que amortiguaron su caída y lo dejaron ileso pero asustado. - Gracias por salvarme - dijo Riki temblando - A partir de ahora prometo ser más cuidadoso con mis aventuras.
Desde ese día, Riki aprendió la importancia de escuchar los consejos de sus amigos y ser precavido en sus exploraciones. Y aunque seguía siendo tan curioso como siempre, nunca volvió a ponerse en peligro innecesariamente.
La familia entera aplaudió el cuento emocionada y Mama Adriana le dio un beso de buenas noches a cada uno de sus hijos. Con una sonrisa en el rostro, todos se durmieron soñando con aventuras y aprendizajes nuevos.
FIN.