Las aventuras recicladoras de Matías, Sofía y Lucas



Había una vez en un pequeño colegio de la ciudad de Buenos Aires, un grupo de amigos llamados Matías, Sofía y Lucas. Ellos eran muy curiosos y siempre estaban en busca de aventuras.

Un día, mientras exploraban el patio del colegio, encontraron cuatro canecas nuevas: una azul, una verde, una blanca y una negra. Estaban intrigados por saber para qué servían cada una de ellas. - ¡Miren! -exclamó Matías-.

Hay unas nuevas canecas en el patio del colegio. Me pregunto para qué son. - ¡Qué emoción! Vamos a descubrirlo -dijo Sofía con entusiasmo. Los tres amigos se acercaron a las canecas y vieron que cada una tenía un letrero que indicaba su uso.

La azul decía "Envases Plásticos", la verde decía "Residuos Orgánicos", la blanca decía —"Papel"  y la negra decía "Residuos Ordinarios". Inmediatamente se dieron cuenta de que era importante separar los residuos correctamente para cuidar el medio ambiente.

Decidieron investigar más sobre el tema y compartir lo aprendido con sus compañeros. Juntos organizaron una reunión en el salón principal del colegio para explicarles a todos lo importante que era separar los residuos adecuadamente.

- ¡Amigos! Tenemos algo muy importante que contarles -dijo Lucas emocionado-. Las canecas nuevas tienen diferentes colores porque cada uno sirve para reciclar distintos tipos de residuos. Todos los alumnos se acercaron con curiosidad a escuchar lo que tenían para decir Matías, Sofía y Lucas.

- La caneca azul es para los envases plásticos, como botellas o bolsas de plástico. Si los tiramos en esta caneca, se podrán reciclar y convertir en nuevos productos -explicó Matías.

- La caneca verde es para los residuos orgánicos, como cáscaras de frutas o restos de comida. Estos se pueden convertir en abono para las plantas -añadió Sofía. - La caneca blanca es para el papel. Si lo reciclamos correctamente, podremos ahorrar muchos árboles -comentó Lucas.

Los alumnos escuchaban atentamente y pronto comenzaron a entender la importancia de separar los residuos adecuadamente. - Y por último -continuó Matías-, la caneca negra es para los residuos ordinarios que no pueden ser reciclados ni reutilizados.

Es importante que solo depositemos allí aquello que no pueda ser aprovechado nuevamente. Desde ese día, todos los estudiantes del colegio comenzaron a separar sus residuos correctamente.

Se crearon comités ecológicos en cada curso y se organizaron actividades divertidas para promover el cuidado del medio ambiente. El colegio se convirtió en un lugar más limpio y sostenible gracias al trabajo conjunto de Matías, Sofía, Lucas y todos sus compañeros.

Con el tiempo, otras escuelas también adoptaron la práctica de separar los residuos adecuadamente gracias al ejemplo del pequeño colegio de Buenos Aires. El mensaje sobre la importancia del reciclaje llegó a muchas personas y juntos lograron hacer una gran diferencia en el mundo.

Y así fue como Matías, Sofía y Lucas demostraron que con un poco de esfuerzo y trabajo en equipo, se pueden lograr grandes cambios para cuidar nuestro planeta. Desde entonces, todos los alumnos del colegio siguieron separando sus residuos correctamente y se convirtieron en verdaderos defensores del medio ambiente.

Y cada vez que veían las canecas azul, verde, blanca y negra, recordaban la importancia de reciclar y cuidar el lugar donde vivimos.

FIN.

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