Las aves unidas


Había una vez, en un hermoso lugar llamado Saladares del Guadalentín, un grupo de aves que vivían felices y libres.

Estas aves eran muy especiales, ya que tenían colores brillantes y cantaban melodías que alegraban a todos los habitantes del lugar. Un día, algo terrible sucedió: el agua de los ríos se volvió sucia y contaminada. Las aves comenzaron a notar que algo no iba bien.

El agua ya no era cristalina como antes, sino que estaba llena de basura y productos químicos. "-¡Qué tristeza! Nuestro hogar está cambiando", dijo Trinarita, la ave más sabia del grupo.

Las aves decidieron investigar qué estaba pasando y descubrieron que las fábricas cercanas estaban vertiendo sus desechos al río sin preocuparse por el daño que causaban. Esto afectaba directamente a todas las criaturas del lugar. "-No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras nuestro hogar se deteriora", exclamó Piquito Rojo, el líder valiente de las aves.

El grupo decidió tomar medidas para solucionar esta situación. Primero, fueron a hablar con los humanos responsables de la contaminación para explicarles lo importante que era cuidar el medio ambiente. Pero los humanos no parecían entender la gravedad del asunto.

Decidieron ignorar a las aves e incluso les lanzaron piedras para ahuyentarlas. "-No podemos rendirnos", afirmó Plumita Azul, una joven ave con mucho coraje. "Tenemos que encontrar otra forma de limpiar nuestra agua".

Las aves se reunieron en secreto para idear un plan. Recordaron que en el bosque vivía un sabio búho llamado Sabihondo, quien conocía todos los secretos de la naturaleza.

Con mucho esfuerzo y determinación, las aves encontraron al sabio búho y le contaron sobre la contaminación del agua. Sabihondo les habló de una planta muy especial llamada Lirio Acuático que tenía el poder de purificar el agua.

"-Si logramos encontrar semillas de Lirio Acuático y plantarlas en el río, tal vez podamos recuperar nuestro hogar", explicó Sabihondo. Las aves siguieron las indicaciones del búho y buscaron por todo Saladares del Guadalentín hasta encontrar las semillas mágicas. Con mucho cuidado, plantaron los lirios acuáticos en el río contaminado.

Poco a poco, los lirios comenzaron a crecer y filtraban todas las sustancias nocivas del agua. El río volvió a ser cristalino y limpio como antes.

Los humanos se dieron cuenta del milagro que había ocurrido gracias al esfuerzo de las aves y decidieron cambiar sus malas prácticas para proteger ese lugar tan hermoso. Desde aquel día, Saladares del Guadalentín volvió a ser un hogar seguro para todas las criaturas que lo habitaban.

Las aves aprendieron la importancia de cuidar su entorno y cómo trabajar juntas para solucionar problemas difíciles. Y así, con valentía y perseverancia, estas pequeñas aves demostraron que incluso los más pequeños pueden hacer grandes cambios cuando trabajan juntos para proteger su hogar. Fin.

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