Las bodas de la pulga y el piojo



Era un hermoso día soleado en el bosque, y la pulga y el piojo estaban muy emocionados, ¡era el día de su boda! Los preparativos estaban en marcha y todos los animales se habían reunido para celebrar este evento tan especial.

"- ¿Está todo listo para la boda?" preguntó el gato sonriente, mientras se acomodaba sus orejas. Tenía una gran sonrisa en su cara, pero su corazón latía rápido de la emoción.

"- ¡Pronto estará todo listo!" respondió la rata, que estaba muy ocupada buscando las flores más bonitas. "La pulga se merece un ramo espectacular para su gran día."

"- Yo tengo las mejores flores!" dijo la hormiga con orgullo, cargando un par de margaritas sobre su espalda. "¡Son perfectas!"

"- Y yo traeré un poco de verdor!" agregó la oveja, que estaba muy emocionada por ayudar. "Las hojas verdes harán que el ramo sea aún más hermoso."

Los tres animales trabajaron juntos, mezclando flores y hojas, mientras compartían historias sobre lo que significaba el amor, la amistad y la unión. Pero en medio de los preparativos, la pulga se sentía un poco nerviosa.

"- ¿Y si el piojo no llega a tiempo?" se preguntaba en voz alta.

"- No te preocupes, está todo bajo control", la consoló el gato sonriente. "El piojo es un gran amigo, siempre llega a tiempo a las cosas importantes. Este es su día tanto como el tuyo, y no querría perderse este momento."

Cuando todo estuvo listo, llegaron los invitados. Las hormigas se alinearon para formar un camino de flores, la oveja adornó el lugar con hojas verdes y el gato estaba preparado para dar la bienvenida a todos. Pero, ¡oh sorpresa! El piojo aún no aparecía.

"- ¿Y si no viene?" dijo la pulga con un hilo de voz.

"- No digas eso!" exclamó la rata. "Él vendrá, estamos en el mejor día del año, no lo olvides!"

Sin embargo, el tiempo pasaba y el piojo no llegaba. El gato, decidido a ayudar, decidió salir a buscarlo.

"- No se preocupen! Iré a ver qué pasa!" dijo con firmeza, manteniendo su sonrisa. Cruzó el bosque, subió árboles y preguntó a todos los animales que se encontraba si habían visto al piojo.

Finalmente, encontró al piojo atrapado en un pequeño arbusto.

"- ¡Hola, amigo!" le dijo el gato sonriente. "¿Qué haces aquí? La pulga te está esperando!"

"- Estaba tratando de encontrar el camino, pero me perdí..." explicó el piojo, un poco avergonzado.

"- No te preocupes, yo te llevo!" respondió el gato, y juntos llegaron a la ceremonia.

Cuando el piojo entró, la pulga sonrió de oreja a oreja. El gato le hizo un guiño y la pulga se sintió tranquila otra vez. La ceremonia fue hermosa y todos se alegraron al ver que el amor entre la pulga y el piojo resonaba en el aire.

Después de intercambiar sus votos, el piojo, emocionado, hizo una promesa ante todos:

"- Desde hoy, seré el mejor compañero de la pulga. Siempre estaré a su lado y nunca la dejaré sola."

La pulga, con lágrimas de alegría, contestó:

"- Y yo prometo hacerte feliz cada día, porque el amor se cultiva con pequeños detalles."

Y así, celebraron su amor con una gran fiesta, donde la rata, la hormiga y la oveja bailaron y rieron juntos. El gato sonriente, lleno de alegría, supo que esas bodas no solo unían a dos, sino que también fortalecían la amistad entre todos los presentes.

Los amigos aprendieron que la paciencia y el apoyo son fundamentales en una relación, así como la importancia de hacer parte a otros en momentos especiales. ¡Y así terminó ese día mágico en el bosque, con risas, amor y corazones felices!

FIN.

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