Las Calabazas Valientes



Había una vez, en un bosque encantado, un grupo de calabazas que vivían en armonía. Cada año, celebraban la llegada del otoño con una gran fiesta en la que se reunían para cantar, bailar y contar historias. Sin embargo, este año, una oscura sombra comenzó a acechar el bosque. Los árboles susurraban aterrados sobre una misteriosa figura que se movía entre las sombras, asustando a los animales que allí vivían.

Las calabazas, muy preocupadas, se reunieron para encontrar una solución.

"¡No podemos permitir que el miedo nos controle!", dijo Calabaza Valiente, la más atrevida de todas.

"Pero, ¿qué podemos hacer?", preguntó Calabaza Temorosa, temblando.

"Debemos descubrir de dónde proviene esta sombra y enfrentarlo juntos", propuso Calabaza Curiosa, quien siempre estaba ansiosa por explorar.

Con determinación, las calabazas decidieron formar una pequeña expedición y se adentraron en la parte más oscura del bosque, donde la luz del sol apenas alcanzaba a tocar el suelo.

A medida que avanzaban, comenzaron a escuchar ruidos extraños.

"¡Escuchen!", dijo Calabaza Temorosa, "¿y si es un monstruo?".

"No podemos darnos por vencidos. Recordemos que la valentía no es la ausencia de miedo, sino la decisión de avanzar a pesar de él", alentó Calabaza Valiente.

Descubrieron una cueva oscura de la que provenían los ruidos. Con gran valentía, decidieron asomarse. Lo que encontraron dentro las dejó asombradas. Era un pequeño búho llamado Giri, que estaba atrapado entre unas ramas caídas.

"¡Hola!", dijo Giri, con voz temblorosa. "No soy un monstruo, solo me he perdido y no puedo salir de aquí".

"¿Por qué no lo dijiste desde el principio?", preguntó Calabaza Curiosa, aliviada.

"¡No quería asustarlos!", respondió Giri, ''Pero entendí que a veces el miedo puede hacernos hacer cosas extrañas".

Las calabazas se pusieron a trabajar y, juntas, lograron liberar al búho.

"Gracias, amigos. Ustedes son muy valientes", dijo Giri, volando libremente. "Ahora puedo regresar a mi hogar y les prometo que nunca más asustaré a nadie".

Las calabazas le sonrieron y decidieron organizar una fiesta para celebrar su valentía y amistad.

"El miedo puede ser aterrador, pero juntos somos más fuertes", concluyó Calabaza Valiente.

Así, el bosque una vez más resplandeció con risa y alegría, demostrando que incluso en los momentos más oscuros, la amistad y la valentía iluminan el camino.

FIN.

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