Las carpinteras del parque


Había una vez una familia muy especial en un pequeño pueblo de Argentina. En esta familia vivían KG, un hombre amable y trabajador, y sus dos bellas hijas, Cinthya y Elisangel.

Cinthya y Elisangel eran niñas muy inteligentes y valientes. Siempre estaban dispuestas a ayudar a su madre en todo lo que necesitara.

Desde temprano en la mañana hasta tarde en la noche, las niñas se ocupaban de los quehaceres del hogar junto a su querida madre KG. Un día, mientras estaban limpiando el sótano de la casa, encontraron una caja llena de herramientas y materiales para construcción. Las niñas se emocionaron al verlo y le preguntaron a su madre qué era.

KG les explicó que solía ser carpintero antes de que nacieran las niñas. Les contó historias sobre cómo había construido casas hermosas con sus propias manos. Cinthya y Elisangel quedaron maravilladas por esas historias y decidieron aprender más sobre la carpintería.

Desde ese día, las tres pasaban horas juntas en el sótano aprendiendo sobre diferentes herramientas y técnicas de construcción. KG les enseñaba pacientemente cómo usar cada herramienta correctamente para evitar accidentes.

Con el tiempo, las habilidades de Cinthya y Elisangel comenzaron a crecer. Aprendieron a medir correctamente, cortar madera e incluso construir muebles simples como mesitas o estanterías pequeñas.

Un día, mientras caminaban por el pueblo con KG, vieron un parque infantil abandonado lleno de columpios rotos y bancos desgastados. Las niñas miraron a su madre con determinación en sus ojos y le dijeron: "¡Vamos a arreglar este parque! ¡Podemos hacerlo!"KG sonrió orgullosamente y aceptó el desafío.

Juntos, los tres comenzaron a trabajar en la renovación del parque. Pasaron días lijando, pintando y reparando cada detalle. Cuando finalmente terminaron, el parque parecía nuevo. Los columpios brillaban bajo el sol y los bancos lucían como nuevos.

Las niñas estaban felices de ver cómo su arduo trabajo había transformado un lugar triste en uno lleno de alegría. El pueblo entero quedó sorprendido por la habilidad de Cinthya y Elisangel para construir y arreglar cosas.

Muchas personas comenzaron a pedirles ayuda con diferentes proyectos, desde reparaciones en sus casas hasta construcción de muebles. Las niñas nunca se negaban a ayudar. Siempre estaban dispuestas a brindar una mano amiga a aquellos que lo necesitaban.

Aprendieron que podían marcar la diferencia en su comunidad utilizando sus habilidades. Con el tiempo, Cinthya y Elisangel se convirtieron en las carpinteras más famosas del pueblo.

Su amor por la construcción los llevó a ser reconocidas no solo por su talento, sino también por su generosidad y espíritu solidario. Y así fue como estas dos hermosas niñas demostraron al mundo que no importa tu edad o género, puedes lograr grandes cosas si tienes pasión, determinación y un corazón dispuesto a ayudar. Fin

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