Las casas fuertes de las capibaras


Había una vez tres capybaras muy amigas: Clara, Lola y Martina. Vivían en el bosque junto al río, donde construyeron sus hogares con cañas y hojas.

Un día, un feroz jaguar comenzó a merodear por la zona, poniendo en peligro a las capybaras. "¡Tenemos que construir casas más seguras para protegernos del jaguar!", dijo Clara. "Tienes razón, no podemos arriesgarnos", asintió Lola.

"Construyamos cada una nuestra casa con materiales diferentes para ver cuál es la más resistente", propuso Martina. Clara decidió construir su casa de madera, ya que le parecía fuerte y resistente. Lola optó por hacerla de ladrillos, pensando que sería la mejor elección.

Martina, en cambio, prefirió utilizar barro y paja para su casa. El jaguar acechaba cada vez más cerca, así que las capybaras se pusieron manos a la obra. Pronto terminaron sus casitas y el jaguar apareció rugiendo frente a ellas.

"¡Déjenme entrar! ¡Quiero comerme a las capybaras!", gruñó el jaguar. Clara se refugió rápidamente en su casa de madera mientras el jaguar intentaba derribarla sin éxito. Luego fue al encuentro de Lola y su casa de ladrillos.

A pesar de los fieros golpes del felino, la casa resistió firme y Lola estaba a salvo dentro. Finalmente llegó el turno de Martina y su casita de barro y paja. El jaguar se abalanzó sobre ella con todas sus fuerzas pero...

¡la sorpresa fue mayúscula cuando la casita no cedió ante los embates del depredador!"¡No puedo creerlo! ¡Tu casa es la más resistente de todas!", exclamaron Clara y Lola sorprendidas.

Martina sonrió orgullosa y les explicó: "A veces lo simple puede ser mucho más fuerte si está bien hecho". El jaguar tuvo que retirarse derrotado, mientras las tres capybaras celebraban juntas haber superado el desafío con valentía e ingenio.

Desde ese día, vivieron felices sabiendo que juntas podían superar cualquier obstáculo que se les presentara en el bosque.

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