Las Cuatro Princesas y el Jardín de Sueños



Érase una vez, en un reino lejano, cuatro princesas que vivían en un hermoso castillo. Cada una de ellas tenía una personalidad única y un sueño especial que las hacía brillar.

La primera princesa, Lía, era una soñadora infatigable que adoraba contar cuentos. Su sueño era escribir el libro más hermoso del mundo. La segunda, Sofía, era una artista talentosa, y su anhelo era llenar el reino de colores vibrantes. La tercera, Valentina, era una aventurera, deseando explorar los lugares más lejanos. Por último, estaba Clara, una amante de la naturaleza, que soñaba con tener el jardín más hermoso lleno de flores mágicas.

Un día, mientras jugaban en el jardín del castillo, Lía dijo: "¿No sería genial tener un lugar donde nuestros sueños puedan crecer?". Las otras princesas se miraron emocionadas.

"¡Sí!" - exclamó Sofía, "Podríamos crear un Jardín de Sueños donde podamos plantar nuestras esperanzas y deseos."

"Pero, ¿cómo lo haremos?" - preguntó Valentina, llena de curiosidad.

"Podemos hacerlo juntas. Cada una traerá algo especial. Yo traeré semillas de sueños" - propuso Clara con una sonrisa.

Así, cada princesa preparó su contribución. Lía trajo papel y lápiz para contar sus historias; Sofía, pinturas de colores; Valentina, un mapa del mundo para explorar; y Clara, muchas semillas de flores.

Cuando llegaron al claro del bosque, se sorprendieron al ver un hermoso espacio vacío, lleno de luz.

"¡Esto es perfecto!" - dijo Clara. Juntas, comenzaron a plantar sus semillas de sueños.

De repente, un viento suave sopló y las semillas comenzaron a brillar. "¿Qué está pasando?" - se preguntó Valentina, asombrada. La luz del jardín se intensificó y, ante sus ojos, las semillas empezaron a florecer en colores vibrantes, formando un arcoíris.

"¡Miren!" - gritó Sofía, "¡Nuestro jardín está vivo!" Las flores comenzaban a hablar. Cada una representaba un sueño.

"Yo soy la flor de la creatividad, cultívenme y traeré colores a su vida" - dijo una de ellas.

"Y yo soy la flor de los cuentos, contadme historias y yo compartiré con el mundo" - añadió otra flor.

Las princesas se sintieron impresionadas y decidieron cuidar con esmero su jardín. Cada día llegaban a regar las flores y contarles historias. Con el tiempo, el Jardín de Sueños se llenó de magia y felicidad.

Un día, un dragón llegó volando y aterrizó cerca del jardín. Las princesas, asustadas, se ocultaron. Valentina, valiente como siempre, dijo: "No puede ser un dragón malo, quizás solo está perdido".

Lía, aunque temerosa, tuvo una idea: "Podemos intentar hablarle. ¿Qué tal si le mostramos nuestro jardín?". Las demás princesas asintieron.

Con cautela, se acercaron al dragón. "Hola, amigo dragón. Somos las princesas del jardín de sueños. ¿Estás perdido?" - preguntó Lía.

El dragón, sorprendido, respondió: "No, solo buscaba un lugar de tranquilidad. He estado volando mucho y me agoté".

Entonces, Clara le ofreció: "Podés descansar aquí, en nuestro Jardín de Sueños. Hay flores mágicas que pueden ayudarte a relajarte". El dragón, agradecido, se acomodó cerca y, poco a poco, comenzó a sonreír.

A partir de ese día, el dragón se convirtió en un amigo de las princesas. Ayudó a defender el jardín de cualquier mal que quisiera arruinar su magia. Juntos, compartían historias y aventuras en el cielo.

Un día, Lía se dio cuenta de algo mágico. "Cada vez que soñamos y compartimos nuestros sueños, el jardín crece aún más". Así las princesas decidieron organizar un festival anual donde todos del reino podían compartir sus sueños en el jardín.

La primera vez que organizaron el festival, el jardín se llenó de gente. Todos compartían sus historias, cantaban y pintaban, haciendo que el Jardín de Sueños floreciera aún más, mientras el dragón volaba en el cielo, cuidando a todos como un verdadero amigo.

Así, las cuatro princesas aprendieron que los sueños, cuando se comparten y se cuidan, pueden crecer y crear magia en el mundo. Desde entonces, el Jardín de Sueños se convirtió en un lugar donde todos podían encontrar inspiración y alegría. Y por siempre, las princesas siguieron soñando juntas, creando cosas hermosas.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!