Las eMOCIONES de la Selva Colorida
En una lejana selva llena de colores brillantes y animales simpáticos, vivía una pequeña y curiosa mariposa llamada Lila. Ella tenía una particularidad: podía ver y sentir las emociones como colores que bailaban a su alrededor.
Un día, mientras volaba alegremente entre las flores, Lila notó que su amigo el loro, Pablo, estaba un poco apagado.
"¡Pablo! ¿Por qué no cantás como siempre? Tu canto hace que todo brille más", le dijo Lila, revoloteando a su alrededor.
"No sé, Lila. Me siento nublado hoy. A veces, las nubes de tristeza vienen y me hacen sentir gris", respondió Pablo, dejando caer su cabeza.
Lila se turbó un poco al ver a su querido amigo así y decidió hacer algo al respecto. Se acercó a su amiga la tortuga, Tita, que siempre parecía tener respuestas para todo.
"Tita, Pablo está triste. ¿Cómo puedo ayudarlo a sentirse mejor?", preguntó Lila.
"Las emociones son como el clima, Lila. A veces el sol brilla y otras veces hay nubes. Es importante que Pablo sienta sus emociones, pero también que sepa que pueden pasar", contestó Tita con voz suave.
Lila pensó que sería bueno que Pablo se diera cuenta de que las nubes de tristeza no eran eternas. Así que idea un plan.
"Voy a invitar a todos los amigos de la selva a un picnic colorido", anunció Lila con emoción.
Cuando anunció la idea en la selva, los demás animales se sintieron entusiastas y comenzaron a preparar deliciosos bocadillos. Sin embargo, a medida que se acercaba el día del picnic, Lila notó que la nube de tristeza seguía rondando a Pablo.
El día del picnic, el sol brillaba como nunca y todos se reunieron.
"¡Pablo! Vení a jugar, será muy divertido", gritaba la ardilla, mientras hacía piruetas en el aire.
"No sé, chicos...", dijo Pablo, sintiéndose aún más gris.
Lila decidió actuar.
"Pablo, vení, traeme tu canto. Lo necesitamos para que el sol brille aún más", le insistió mientras comenzaba a bailar entre los colores.
Pablo observaba con curiosidad. Para su sorpresa, los colores de la fiesta empezaron a iluminar su interior. Y un pequeño destello de azul claro apareció alrededor de su cabeza.
"Tal vez podría intentar cantar una estrofa", se animó Pablo, y se unió a sus amigos.
Cuando Pablo empezó a cantar, el azul claro se convirtió en turquesa brillante que se mezclaba con los colores del aSelva. Los otros animales aplaudían, y eso hizo que Pablo se sintiese más ligero.
Sin embargo, en medio de su alegría, Lila sintió un pequeño tintineo de inquietud. Así que decidió contarles a todos sobre las nubes.
"Chicos, el día está hermoso y todos están felices, pero a veces también tenemos nubes adentro de nosotros, como Pablo. Y eso está bien."
FIN.