Las Emociones del Bosque Mágico
En un bosque mágico, las emociones caminaban y hablaban como niños curiosos. Cada emoción tenía su propia personalidad y muchas veces, sus diferencias causaban conflictos entre ellas, pero estaban a punto de vivir una gran aventura.
Un día, Tristeza, una pequeña nube gris que siempre suspiraba, se encontró en el claro del bosque con Furia, un fuego brillante y ardiente. Furia estaba furiosa porque había una tormenta que había apagado parte de su brillo.
"¡Esto es horrible! Si no puedo brillar, no sirvo para nada!" - gritó Furia, llenando el aire con destellos rojos.
Tristeza, sintiéndose un poco más cómoda por la tormenta que coincidía con su estado, le dijo: "Entiendo cómo te sientes. A veces siento que mi tristeza opaca todo a mi alrededor. Pero debemos encontrar algo que nos haga sentir mejor. ¿Por qué no buscamos a los demás?"
Furia pensó por un momento y asintió. Juntas, fueron en busca de las otras emociones del bosque. En su camino, encontraron a Ansiedad, una mariposa inquieta que no podía dejar de moverse y revolotear.
"¿Qué te pasa, Ansiedad?" - preguntó Tristeza.
"No puedo quedarme quieta. Todo me preocupa. ¡¿Qué pasa si nunca encuentro mi lugar? !" - respondió Ansiedad, moviendo sus alas frenéticamente.
Entonces, Alegría apareció como un rayo de sol cálido, con una risa que iluminaba todo a su alrededor.
"¡Chicas! ¿Qué es todo ese llorar y gritar? Vamos a jugar, ¡la vida es una fiesta!" - dijo Alegría.
Pero Desagrado, que apareció justo detrás de ella, con su inclinación a poner mala cara, interrumpió.
"No creo que sea el momento para jugar. Está lloviendo y está todo desordenado, no me gusta nada de esto." - se quejó Desagrado, cruzando los brazos.
Miedo, una sombra suave, se asomó detrás de un árbol.
"Y si se asustan con esa tormenta, ¿qué van a hacer?" - preguntó, con un temblor en su voz.
Justo cuando pensaban que todo se estaba complicando, la envidia, una pequeña hada verde, llegó volando.
"Veo que todos ustedes tienen cosas que hacer. ¿Por qué no puedo ser como Alegría? No puedo soportar que ella sea tan feliz mientras yo me siento así." - afirmó Envidia, cruzando sus alas en rodillo.
"Cada uno de nosotros tiene su propio propósito aquí, incluso tú, Envidia" - dijo Furia, intentando usar su energía para calmar la situación.
Mientras tanto, los sentimientos comenzaron a debatir entre sí, cada cual defendiendo su propio punto de vista.
"Pero si todos se piden ser como Alegría, ¿cómo vamos a poder vivir en este bosque?" - replicó Ansiedad, temerosa de que nunca encontrarán un lugar donde encajar.
Sin embargo, Alegría, con su carácter brillante y chispeante, propuso una solución.
"¿Y si cada uno de nosotros se parara en el arcoíris junto al río y se turnara para compartir su sentimiento? Así podríamos entender mejor lo que cada uno siente. Además, todos sentimos emociones diferentes en distintos momentos y eso está bien.
Al final, todos necesitamos un poco de cada uno para ser felices" - explicó.
Tristeza respiró hondo y asintió.
"Me gustaría compartir lo que siento, aunque a veces sea incómodo" - dijo, buscando la paz entre sus amigos.
Así que, uno a uno, se fueron al arcoíris. Furia comenzó su turno, describiendo cómo sentía su fuego interior, mientras Ansiedad hablaba sobre su lucha constante de encontrar calma. Desagrado se quejó de que nada lo hacía feliz, mientras Miedo compartía su temor de ser olvidado. Finalmente, Envidia habló de how un día deseaba brillar más como Alegría.
Cuando llegó el turno de Alegría, todo el bosque resonó con su risa contagiosa, y al final de la ronda, tocó a cada uno.
"Es increíble lo que podemos aprender unos de otros. Cada uno de nosotros suma al bosque. Sin tristeza no sabríamos lo que es la alegría. Sin miedo, no sabríamos sobre el valor." - explicó Alegría.
Desde ese día, los amigos del bosque aprendieron a amar todas sus emociones. Se dieron cuenta de que cada una tenía un lugar especial en sus corazones. Y aunque a veces había diferencias, siempre podían comunicarse y encontrarse en un lugar de entendimiento y amor.
A partir de ahí, el bosque se llenó de risas aún más brillantes, consiguiendo un equilibrio entre todas las emociones. Sabían que, juntas, hacen un mundo completamente mágico.
FIN.