Las emociones unidas



Había una vez en el maravilloso mundo de las emociones, cuatro personajes muy especiales: Alegría, Tristeza, Enojo y Sorpresa.

Cada uno de ellos vivía en un rincón del corazón de los niños y tenía un trabajo muy importante que hacer. Alegría siempre estaba saltando y riendo, era la encargada de hacer sentir felices a los pequeños. Tristeza, por otro lado, era más tranquila y solía llorar cuando algo no salía como se esperaba.

Enojo era un poco gruñón y podía ponerse rojo como un tomate cuando algo le molestaba. Y finalmente estaba Sorpresa, quien adoraba asombrarse con todo lo nuevo.

Un día soleado en el jardín de infantes, Alegría llegó dando brincos mientras saludaba a todos los niños con su cálida sonrisa. Pero al entrar al salón se dio cuenta de que algo extraño pasaba. "¡Hola amiguitos! ¿Qué les pasa hoy?"- preguntó Alegría con curiosidad.

"Estamos tristes porque nuestros juguetes favoritos han desaparecido", respondieron los niños con caritas tristes. Alegría se preocupó mucho por sus amiguitos y decidió buscar ayuda para encontrar los juguetes perdidos. Fue a buscar a Tristeza para que juntas pudieran consolar a los niños mientras buscaban una solución.

"Tristeza, necesitamos tu ayuda. Los juguetes favoritos de los niños han desaparecido y están muy tristes"- dijo Alegría con voz preocupada. Tristeza secó sus lágrimas rápidamente y se unió a Alegría en su misión.

Juntas consolaron a los niños, diciéndoles que todo iba a estar bien y que encontrarían una solución. En ese momento, Enojo apareció furioso por el alboroto.

Pero cuando vio a todos los niños tristes, decidió dejar de lado su enojo y unirse al equipo para buscar los juguetes perdidos. "¡Esto no puede quedar así! ¡Voy a ayudarlos a encontrar esos juguetes!"- exclamó Enojo decidido. Así, Alegría, Tristeza y Enojo comenzaron la búsqueda de los juguetes desaparecidos.

Mientras buscaban por cada rincón del jardín de infantes, Sorpresa llegó corriendo con una gran sonrisa en su rostro. "¡Chicos! ¡Miren lo que encontré!"- gritó Sorpresa emocionada. Detrás de ella había una caja llena de juguetes brillantes y coloridos.

Los niños no podían creerlo, sus caritas se iluminaron de felicidad al ver sus preciados tesoros nuevamente. Alegría saltaba de alegría mientras abrazaba a Tristeza y Enojo. Sorpresa estaba encantada con la emoción que había generado en todos ellos.

"Gracias chicos por trabajar juntos para resolver este problema"- dijo Alegría emocionada-. "Hemos aprendido que cuando nos apoyamos unos a otros podemos lograr cosas increíbles". Los niños estaban felices y llenos de gratitud hacia sus emociones.

Comprendieron la importancia de sentir todas las emociones porque cada una de ellas tenía un papel fundamental en sus vidas. Desde aquel día, Alegría, Tristeza, Enojo y Sorpresa se convirtieron en grandes amigos y siempre estuvieron allí para acompañar a los niños en todas sus aventuras emocionales.

Y así, con una sonrisa en el rostro y el corazón lleno de amor, nuestros amiguitos aprendieron que todas las emociones son valiosas y que juntos pueden superar cualquier desafío.

FIN.

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