Las espinas de las mariposas


Un día, mientras Teodelina jugaba en el jardín de sus abuelos, vio una mariposa hermosa revoloteando cerca de ella. Con mucha emoción, corrió a buscar su red y comenzó a perseguirla.

"¡Vamos Ramon! ¡Ayúdame a atraparla!"- gritó Teodelina emocionada. Ramon se sumó al juego y juntos persiguieron la mariposa por todo el jardín. Pero cuando estaban muy cerca de atraparla, la mariposa voló hacia un arbusto lleno de espinas.

Teodelina se acercó con cuidado para intentar verla mejor, pero las espinas le hicieron daño en los dedos. "¡Ay! Me lastimé"- dijo Teodelina mientras agarraba su mano. Ramon ladró preocupado y fue entonces cuando los abuelos salieron al jardín para ver qué había pasado.

"¿Qué pasó? ¿Estás bien?"- preguntaron sus abuelos preocupados. Teodelina les mostró su mano lastimada y les contó lo que había pasado.

Los abuelos la llevaron adentro para curarle la herida y ahí tuvieron una conversación importante con ella:"Teo, debes tener cuidado al jugar en el jardín. A veces hay cosas peligrosas como estas espinas que te pueden lastimar. "- explicaron sus abuelos. Teodelina entendió el mensaje y prometió tener más cuidado en el futuro.

A pesar del susto inicial, esa experiencia le enseñó la importancia de ser precavido y estar atento a su entorno.

A partir de ese día, Teodelina se aseguró de siempre revisar antes de jugar en el jardín y aprendió a disfrutar de las mariposas desde una distancia segura. Además, sus abuelos le enseñaron a respetar la naturaleza y cuidarla para que todos puedan disfrutarla sin peligros.

Y así, Teodelina siguió jugando con Ramon y sus muñecos en el jardín, pero ahora con más precaución y sabiduría.

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