Las Estrellas de Kary y Carol



Kary y Carol eran dos hermanas inseparables que vivían en un pequeño pueblo lleno de colores. Su mamá, María, era una mujer con una sonrisa brillante y un corazón enorme. Cada mañana, preparaba un desayuno delicioso: tostadas con mermelada casera, frutas frescas y chocolate caliente.

"Mamá, esto está riquísimo, como siempre!" decía Kary mientras disfrutaba de su desayuno.

"Gracias, mi amor. ¡Hoy será un gran día!" respondía María.

Las tardes de Kary y Carol estaban llenas de risas mientras jugaban al aire libre. Se escondían detrás de los árboles, jugaban a la mancha, y hacían carreras en la plaza. Con su mamá siempre cerca, se sentían protegidas.

Sin embargo, con el tiempo, María comenzó a sentirse mal. Kary y Carol no entendían qué estaba pasando, pero eran muy resolutivas.

"Mamá, ¿puedo hacer algo para que te sientas mejor?" preguntó Carol una tarde, mientras María descansaba.

"Solo necesito un poco de tiempo, mis amores. El amor que me dan es lo más importante," contestó su madre con confianza.

Pasaron los días, y de repente, María ya no estaba. Kary y Carol se sintieron muy solas. Una noche, mientras miraban las estrellas desde su ventana, sintieron un frío suave que las envolvía.

"¿Viste eso?" le susurró Kary a Carol señalando una estrella que brillaba más que las demás.

"Sí, parece que parpadea. Tal vez sea mamá tratando de comunicarse con nosotras," respondió Carol con una chispa de esperanza.

Desde entonces, cada noche cuando se sentaban en sus camas, hablaban con su mamá.

"Mamá, hoy aprendí algo nuevo en el colegio!" decía Kary.

"Mamá, ¡hoy hice una nueva amiga!" le contaba emocionada Carol.

Los días pasaron y las hermanas comenzaron a notar que cada vez que hablaban, pequeñas luces iluminaban la habitación.

"¿Y si mamá está aquí con nosotras?" preguntó Carol con voz temblorosa.

"¡Sí! ¡La sentimos!" respondió Kary con los ojos brillantes.

Ambas llenaron sus días de creatividad y alegría, utilizando los recuerdos de su mamá como inspiración. Comenzaron un proyecto en la escuela: "El Almuerzo de Mamá", donde compartían las recetas de María con sus amigos.

"Hoy les enseñaremos a hacer las tostadas de mermelada casera," anunciaron emocionadas al resto de la clase.

Un día, mientras cocinaban con sus compañeros, una niña se acercó.

"No sé cocinar, tengo miedo de no hacerlo bien," dijo.

"No te preocupes, podemos hacerlo juntas. Lo importante es divertirse y aprender!" la animó Kary.

Esa tarde, vieron que todos estaban felices. En medio de risas y sándwiches, Kary y Carol se sintieron más felices que nunca.

"¡Esto es increíble! ¡Mamá estaría tan orgullosa!" exclamó Carol.

"Sí, ¡ella nos guía desde las estrellas!" respondió Kary.

Desde esa noche, cada vez que miraban las estrellas, sentían que María las abrazaba y las alentaba a seguir adelante. Aprendieron que aunque no podían verla, su amor siempre estaría presente.

Y así, Kary y Carol continuaron su camino, recordando cada día las enseñanzas de su madre y compartiendo su legado con el mundo. Con cada tostada que preparaban, con cada amiga que hacían, sentían que el amor de mamá nunca se iría.

Año tras año, las estrellas seguían brillando, llenando sus corazones de esperanza y la certeza de que el amor verdadero no tiene fin.

FIN.

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