Las estrellas doradas de Lucas y Rodolfo



Había una vez un niño llamado Lucas que tenía 3 años y aún usaba pañales. Aunque sus papás lo animaban a usar el baño como los niños mayores, Lucas siempre encontraba alguna excusa para no hacerlo.

Un día, mientras jugaba en su habitación con sus bloques de construcción, Lucas escuchó una voz proveniente de debajo de la cama. Curioso, se agachó y descubrió a un simpático ratoncito llamado Rodolfo.

- ¡Hola, Lucas! - saludó el ratoncito con una sonrisa-. He venido a ayudarte a dejar los pañales. Lucas se sorprendió al ver hablar al pequeño roedor, pero también se emocionó por tener un amigo tan especial.

- ¿De verdad puedes ayudarme a dejar los pañales? - preguntó Lucas emocionado. Rodolfo asintió con entusiasmo y le explicó que había creado un plan mágico para motivar a los niños pequeños como él a usar el baño.

El plan consistía en recolectar estrellas doradas cada vez que Lucas hiciera pipí o popó en el inodoro. Cuando acumulara suficientes estrellas, recibiría un premio muy especial. Lucas estaba fascinado con la idea y decidió aceptar el desafío.

Desde ese momento, cada vez que iba al baño y utilizaba correctamente el inodoro, Rodolfo le entregaba una estrella dorada brillante para pegarla en su tablero de recompensas. Los días pasaron y Lucas fue ganando cada vez más estrellas doradas.

Se sentía orgulloso de sí mismo por lograrlo y además disfrutaba mucho de la compañía de su nuevo amigo, Rodolfo. Pero un día, Lucas se levantó sintiéndose triste y desanimado. No tenía ganas de ir al baño y pensaba que nunca podría dejar los pañales por completo.

- ¿Qué te pasa, Lucas? - preguntó Rodolfo preocupado. - Es que me cuesta mucho hacerlo bien siempre - respondió Lucas con lágrimas en los ojos-. A veces me equivoco y eso me hace sentir mal.

Rodolfo se acercó a él y le dio un abrazo reconfortante. - Todos cometemos errores, Lucas. Lo importante es aprender de ellos y seguir intentándolo. Eres valiente por querer dejar los pañales y estoy seguro de que lo lograrás si no te rindes.

Las palabras del ratoncito animaron a Lucas y le dieron fuerzas para seguir adelante. Decidió no rendirse y continuar con su plan mágico junto a su amigo Rodolfo.

Los días pasaron nuevamente y cada vez era menos frecuente ver a Lucas usando pañales. Hasta que finalmente llegó el día en el que pegó la última estrella dorada en su tablero de recompensas. ¡Había logrado dejar los pañales por completo! Lucas estaba emocionado y lleno de alegría.

Corrió a contarle la noticia a sus papás, quienes lo felicitaron muy orgullosos por su gran logro. Desde ese día, Lucas dejó atrás los pañales para siempre gracias al apoyo incondicional de su amigo Ratón Rodolfo.

Juntos demostraron que con perseverancia, paciencia y amor, ¡todo es posible! Y así fue como Lucas aprendió una gran lección: que nunca hay que rendirse ante los desafíos y que siempre habrá alguien dispuesto a ayudarnos en nuestro camino hacia el crecimiento.

FIN.

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