Las Estrellas y el Poder de la Música



Érase una vez en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos, una chica llamada Luna, que tenía 18 años. Luna era una apasionada de la lectura, le encantaba escuchar música y, sobre todo, estudiaba la astronomía con una ferviente admiración. Desde pequeña, soñaba con las estrellas y pasaba horas en su pequeño observatorio que había construido en el patio de su casa.

Un día, mientras observaba el cielo nocturno a través de su telescopio, Luna escuchó una melodía suave que provenía de la plaza del pueblo. Intrigada, decidió alejarse de su observatorio y correr hacia el lugar en donde se escuchaba la música. Cuando llegó, encontró a un grupo de chicos tocando instrumentos, liderados por un joven llamado Leo.

- “¿Te gusta la música? ¿Te gustaría unirte a nosotros? ” - preguntó Leo.

- “Me encanta la música, pero no sé tocar ningún instrumento” - respondió Luna, un poco tímida, mientras miraba a los chicos.

- “No te preocupes, podemos enseñarte. La música es como las estrellas, tiene su propio ritmo y armonía” - sonrió Leo - “Además, yo también soy un apasionado de la astronomía.”

Luna no podía creerlo. Decidió unirse al grupo y cada tarde aprenadía un nuevo instrumento. Con el tiempo, se convirtió en una gran violinista. Pero también, todos los días, no olvidaba volver a su observatorio para estudiar las estrellas.

Una noche, mientras tocaban una melodía en la plaza, una anciana se acercó al grupo.

- “¡Qué hermoso suena su música! Me recuerda a cuando era joven y soñaba con las estrellas.” - dijo la anciana con nostalgia.

- “¿De verdad? ” - preguntó Luna emocionada.

- “Sí, cuando era chica yo también miraba las estrellas. Pero un día, decidí dejar de soñar. La vida me llevó por otros caminos.” - la anciana suspiró.

Luna, conmovida, decidió hacer algo.

- “¿Y si hacemos un concierto para que todos en el pueblo recuerden la magia de las estrellas? ” - propuso.

Leo la miró con asombro, y rápidamente todos se unieron al plan. Comenzaron a ensayar en su tiempo libre, mezclando música y astronomía en un espectáculo único. Sin embargo, mientras ensayaban, varios chicos del pueblo se burlaban de ellos, diciendo que la música y las estrellas eran cosas de niños.

- “¿Por qué debemos escuchar a esos chicos? ¡Nosotros sabemos que nuestra música puede hacer soñar a la gente! ” - enfatizó Luna.

Finalmente, el día del concierto llegó. Todo el pueblo se reunió en la plaza, y, aunque al principio había dudas, las notas del violín de Luna empezaron a llenar el aire.

Música, estrellas y risas se combinaron en un espectáculo de luces y melodías. Todos estaban maravillados, incluso los chicos que se habían reído de ellos.

Después del espectáculo, la anciana se acercó a Luna con lágrimas en los ojos.

- “¿Ves, chica? A veces, la música puede abrir los corazones que tienen las estrellas olvidadas. Gracias a ustedes, he vuelto a soñar” – dijo la anciana con amor.

Desde ese día, Luna decidió no solo seguir sus sueños sino también ayudar a las otras personas a recordar los suyos. Junto a Leo, comenzaron a organizar sesiones nocturnas de música y astronomía, en donde todos podían compartir sus sueños.

A partir de entonces, el pueblo se llenó de risas, música, y miradas al cielo. Luna, la chica que amaba la música y estudiaba las estrellas, había cambiado el mundo de su pequeño pueblo, y había recordado a todos que nunca es tarde para volver a soñar.

FIN.

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