Las Estrellas y los Amigos del Campo



Era una noche despejada en el tranquilo campo de Pajaritos, donde todo parecía brillar con la luz de las estrellas. Un grupo de amigos: Sofía, Tomás y Lucas, habían decidido pasar la noche bajo el cielo abierto, rodeados de la naturaleza. Siempre habían apreciado la belleza del campo, pero esa noche, parecía aún más especial.

- Vamos a contar las estrellas - propuso Sofía emocionada, mientras acomodaban mantas sobre la hierba fresca.

- ¡Sí! A ver quién encuentra más constelaciones - dijo Tomás con una sonrisa.

- ¡Yo ya veo a Orión! - exclamó Lucas, apuntando al cielo.

Mientras los amigos miraban hacia arriba, empezaron a imaginar historias sobre las estrellas.

- ¿Sabían que cuando una estrella brilla más fuerte, es porque está haciendo un deseo? - explicó Sofía.

- Yo quiero que jamás se acaben nuestras noches de estrellas - dijo Tomás.

De repente, sintieron un suave susurro en el aire. Era el canto de los pájaros, que en esa mágica noche parecían acompañarles. Las aves nocturnas despertaban, y con sus trinos, contaban historias de alegría y libertad.

- Miren, allá hay un búho - señaló Lucas, emocionado.

- ¡Es el guardián de la noche! - bromeó Tomás, y todos rieron.

Mientras reían, ellos no se dieron cuenta de que una pequeña estrella, curiosa y juguetona, estaba bajando del cielo para unirse a ellos en el campo.

- ¡Hola! - dijo la estrella, con una voz suave y brillante. - Soy Estelita, he venido a ver qué hacen tres amigos bajo el cielo.

Los tres amigos se miraron sorprendidos.

- ¿Una estrella que habla? ¡Esto es increíble! - exclamó Sofía.

Estelita sonrió y continuó:

- Todos los días veo cómo se divierten, pero esta noche he sentido que el aire tiene una chispa especial. ¿Quieren unirse a mí en una aventura?

- ¡Sí! - gritaron los chicos al unísono.

La estrella los llevó volando por el campo. Juntos observaron cómo el mundo cambiaba desde las alturas. Las luces de las casas se parecían a estrellas más pequeñas, y los árboles parecían danzarinas en una fiesta.

- Miren cómo brillan los ríos reflejando la luna - dijo Lucas, maravillado.

- ¡Esto es una verdadera maravilla! - agregó Tomás mientras hacía piruetas en el aire.

Pero luego, vieron algo que no les gustó. En el claro del bosque, había un grupo de pájaros que estaba triste. Sus colores eran apagados, y se escuchaban suspiros en vez de cantos alegres.

- ¿Por qué están tristes? - preguntó Estelita bajando junto a ellos.

- No tenemos un lugar donde poder hacer nuestras fiestas nocturnas, están construyendo una gran casa y nuestro árbol se está cayendo - respondió un pajarito de plumas amarillas.

Sofía, Tomás y Lucas se miraron preocupados.

- Debemos ayudarles - dijo Sofía decidida. - Cada uno de nosotros tiene un talento, ¡podemos crear algo juntos!

- Yo puedo dibujar un cartel para que la gente sepa que los pájaros necesitan ese árbol - propuso Tomás.

- Y yo puedo hablar con los chicos del barrio para que nos ayuden a cuidar el árbol - añadió Lucas.

Estelita sonrió. - Y yo puedo brillar más fuerte cada noche como recordatorio de que ellos tienen un lugar en el campo.

Así, los amigos se pusieron manos a la obra. Dibujaron letreros coloridos y se organizaron para hacer una campaña. Hablaron con todos los vecinos del campo, contando la historia de los pájaros y la importancia de cuidar el bosque.

Día tras día, los amigos trabajaron duro. Al final, lograron que la comunidad decidiera rescatar el árbol y cuidar de los pájaros. Entonces, una noche de celebración fue organizada en el campo, y todos los pájaros salieron para agradecerles.

- Gracias, amigos - cantaron todos juntos, llenando la noche con alegría.

A partir de ese día, el árbol estuvo protegido y los pájaros regresaron a ser las estrellas del campo. Ellos y sus amigos compartían risas y canciones bajo el cielo estrellado, celebrando la amistad y la naturaleza.

Cuando llegó la noche, Estelita brilló más que nunca desde lo alto, iluminando el campo de Pajaritos.

- Nunca olviden que cuando juntos nos unimos por una causa, logramos cosas maravillosas - dijo Estelita, mientras los amigos miraban hacia las estrellas, llenos de alegría y felicidad.

Así fue como en el campo, la amistad, la alegría, las estrellas y los pájaros fueron lo que realmente brillaron.

Y desde ese día, cada vez que miraban las estrellas, recordaban que juntos podían hacer lo que parezca imposible, incluso salvar un árbol.

Fin.

FIN.

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