Las flores amarillas que vencieron al Malvador
Había una vez en un reino lejano, una princesa llamada Sofía. Era una niña inteligente y valiente, siempre dispuesta a ayudar a los demás.
Pero en ese mismo reino había un villano llamado Malvador, quien sembraba el caos y la tristeza por donde pasaba. Un día, Malvador decidió atacar el castillo y apoderarse del trono. Todos los habitantes del reino estaban asustados y no sabían qué hacer.
La princesa Sofía decidió que era momento de poner fin a las maldades de Malvador. Sofía se preparó para enfrentarlo con astucia y determinación. Sabía que no podía luchar contra él directamente, ya que era mucho más fuerte físicamente.
Entonces ideó un plan brillante: usar su inteligencia para vencerlo. La princesa empezó a investigar sobre las debilidades de Malvador y descubrió que tenía una alergia muy peculiar: era alérgico a las flores silvestres amarillas.
Con esta información en mente, Sofía comenzó a recolectar todas las flores amarillas del reino. Con su cesto lleno de flores amarillas, la princesa se dirigió hacia el escondite secreto de Malvador. Allí lo encontró planeando sus próximos actos malvados.
"¡Malvador!" -exclamó Sofía con voz firme-, "he venido a poner fin a tus maldades". El villano se burló de ella diciendo: "¿Crees que podrás vencerme? Soy mucho más poderoso que tú". Pero la princesa no se dejó intimidar.
Rápidamente, sacó una flor amarilla de su cesto y la acercó a la nariz de Malvador. "¡Achís!" -estornudó el villano-, "¿qué me has hecho?". Sofía sonrió, sabiendo que había encontrado su debilidad. Continuó sacando flores amarillas y las colocaba alrededor del escondite de Malvador.
El villano, ahora debilitado por las alergias, intentaba escapar pero sus ojos estaban llorosos y apenas podía respirar. La princesa aprovechó ese momento para atraparlo y llevarlo ante el rey.
El rey estaba asombrado por lo valiente e inteligente que era su hija Sofía. Agradecido, le entregó una medalla en reconocimiento a sus acciones heroicas. Desde ese día, el reino vivió en paz y tranquilidad gracias a la valentía e inteligencia de la princesa Sofía.
Ella demostró que no siempre es necesario usar la fuerza física para vencer al mal, sino que con astucia y determinación se pueden superar los obstáculos más difíciles.
Y así, la historia de la princesa Sofía se convirtió en una inspiración para todos los niños del reino, recordándoles que siempre hay formas ingeniosas de resolver problemas y hacer frente a los villanos que puedan aparecer en sus vidas.
FIN.