Las formas en el bosque mágico
Había una vez en un bosque mágico, donde la luz del sol se filtraba entre las ramas de los árboles y pintaba el suelo con colores cálidos.
En ese bosque vivían las formas: Ovalinda, la forma ovalada; Redondo, la forma redonda; Alargadito, la forma alargada; Grandote y Pequeñita, las formas grandes y pequeñas; y Medianita, la forma mediana.
Cada una de ellas tenía un color especial que las hacía únicas: Ovalinda era amarilla como el sol, Redondo era verde como las hojas, Alargadito era azul como el cielo, Grandote era rojo como las flores, Pequeñita era rosa como las mariposas, y Medianita era morada como las sombras del bosque.
Un
día, las formas estaban jugando a las escondidas y, sin darse cuenta, se superpusieron unas sobre otras. Al principio, se pusieron un poco nerviosas y asustadas al ver que ya no podían moverse, pero rápidamente Ovalinda les recordó que juntas podían lograr grandes cosas.
Entonces, unidas formaron una hermosa figura que combinaba todos sus colores, creando un arcoíris brillante que iluminó todo el bosque. Los animales del bosque quedaron maravillados por el espectáculo y se acercaron a las formas para agradecerles por tan hermosa creación.
Desde
ese día, las formas aprendieron que juntas podían hacer cosas maravillosas, que sus diferencias las hacían únicas y especiales, y que cada una de ellas tenía algo importante que aportar.
Así, continuaron explorando el bosque, ayudando a los demás y recordando siempre que la verdadera belleza estaba en la diversidad y en la unión.
FIN.