Las Guardianas de la Naturaleza
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Verde, donde vivían cinco amigas: Monse, Isa, Emma P, Emma L y Montaña. Estas cinco amigas eran inseparables y siempre estaban buscando aventuras juntas.
Un día soleado, decidieron explorar la montaña que se encontraba cerca del pueblo. Empacaron sus mochilas con comida y agua, y partieron emocionadas hacia la gran aventura que les esperaba. Al llegar a la montaña, quedaron maravilladas por su belleza.
Las cumbres nevadas brillaban bajo el sol mientras los pájaros cantaban alegremente entre los árboles. Las chicas no podían creer lo hermoso que era todo. "¡Wow! ¡Miren esos árboles gigantes!" exclamó Isa señalando hacia el bosque cercano.
"Sí, son impresionantes", dijo Emma P admirada. Las chicas caminaron entre los árboles altos y frondosos, disfrutando del aire fresco y puro de la montaña. De repente, escucharon un ruido extraño proveniente de un arbusto cercano.
Se acercaron con cautela y descubrieron un pajarito atrapado entre las ramas. —"Pobrecito" , dijo Monse preocupada-. "Debemos ayudarlo". Con mucho cuidado, liberaron al pajarito de su prisión vegetal. El pequeño animalito les agradeció con un dulce trino antes de volar hacia el cielo azul.
Las chicas continuaron su camino por la montaña cuando escucharon otro ruido peculiar. Esta vez venía de detrás de un roble centenario. Se acercaron y allí encontraron a un zorrito asustado.
"¿Qué le habrá pasado?" se preguntó Emma L. Las chicas se dieron cuenta de que el zorrito estaba herido en una pata. Rápidamente, improvisaron un vendaje con una bufanda y lo llevaron con cuidado hasta su madriguera para que pudiera descansar y sanar.
Mientras seguían explorando, las amigas notaron cómo los animales del bosque parecían sentirse seguros y protegidos a su alrededor. Los pájaros cantaban más fuerte, los conejitos saltaban felices y las mariposas revoloteaban alegremente.
Al llegar a la cima de la montaña, las chicas disfrutaron de una vista espectacular. Desde ahí arriba podían ver todo el pueblo extendiéndose ante sus ojos como un tapiz colorido. "¡Es increíble!" exclamó Montaña emocionada-. "Nunca había visto algo tan bonito".
Las cinco amigas se sentaron juntas, admirando el paisaje mientras compartían risas y merienda. Habían aprendido que cuidar de los demás seres vivos era importante y gratificante. Al regresar al pueblo, decidieron crear un grupo llamado "Los Guardianes Verdes".
Su misión era proteger la naturaleza, cuidar de los animales y plantar árboles en todas partes donde fuera necesario. Con el tiempo, "Los Guardianes Verdes" crecieron en número y lograron hacer del pueblo un lugar más verde y sostenible.
Gracias a su trabajo duro e inspirador, Villa Verde se convirtió en un ejemplo de cuidado del medio ambiente para otras comunidades.
Y así, Monse, Isa, Emma P, Emma L y Montaña demostraron que incluso los más pequeños pueden hacer grandes cosas cuando se unen por una causa justa. Juntos, hicieron del mundo un lugar mejor para todos los seres vivos que lo habitan.
FIN.