Las Hadas de la Navidad



Era una vez en un barrio muy peculiar, donde los niños esperaban con ansias la llegada de la Navidad. Pero este año, algo extraño sucedió... Las hadas de la Navidad, Elara, Ornella y Bella, estaban listas para repartir alegría, pero no todo salió como esperaban.

Una noche, mientras se preparaban para su gran viaje, Elara, la hada más creativa, propuso:

"¡Chicas, hagamos un nuevo tipo de decoración navideña! ¿Qué tal si traemos luces voladoras?"

Ornella, la más traviesa de las tres, rió a carcajadas:

"¡Eso suena genial! Pero, ¿qué pasaría si las luces voladoras terminan como una bola de bolas locas?"

Bella, la hada más prudente, hizo una mueca.

"¿Están chicas seguras de que eso sería seguro? Podríamos asustar a algunos niños..."

Pero la curiosidad pudo más que el sentido común. Y así, con un par de palabras mágicas, las chicas comenzaron a crear su decoración. Para su sorpresa, las luces voladoras tomaron vida y comenzaron a revolotear por toda la habitación, brillando intensamente y riendo con una voz chillona.

"¡Fiesta! ¡Fiesta! ¡Vamos a iluminar el mundo!"

Elara gritó:

"¡Esto se está saliendo de control!"

La sala se llenó de luces danzantes mientras Ornella, entre risas, corría tras de ellas tratando de atraparlas.

"¡Esto es más divertido de lo que pensé!"

Pero mientras las luces se escapaban, Bella fruncía el ceño y dijo:

"Chicas, creo que necesitamos un plan para detener esto antes de que pase algo raro."

De repente, las luces comenzaron a hacer travesuras. Colisionaron entre sí, formando una nube brillante que se expandió por todo el barrio. Los niños despertaron asombrados al ver el espectáculo de luces descontroladas.

"¡Mirá, es un espectáculo de fuegos artificiales!" - exclamó un niño emocionado.

Elara, Ornella y Bella enloquecieron cuando vieron a los niños afuera, mirando hacia arriba. Ornella empezó a reír y dijo:

"¡Lo están disfrutando! ¡Quizás no debamos detenerlo!"

Bella, sin embargo, sabía que si no lo hacían, las luces seguirían creando caos. Así que tuvo una idea brillante:

"¿Qué tal si les pedimos a los niños que nos ayuden? Ellos pueden ayudar a controlar a las luces locas con su alegría!"

Las hadas decidieron bajar y hablar con los niños. Cuando se acercaron, los pequeños quedaron boquiabiertos al ver a las hadas.

"¡Son hadas de verdad!" - gritó una niña.

Elara, emocionada, dijo:

"¡Hola, pequeños! Necesitamos su ayuda. Estas luces están un poco rebeldes, y creemos que si todos juntos les decimos que es hora de calmarse, lo harán."

Los niños se pusieron de acuerdo y gritaron al unísono:

"¡Luces, es hora de relajarse!"

A medida que los pequeños aclamaban, las luces comenzaron a parpadear y bailaron de forma más ordenada. En cuestión de minutos, lograron que se calmaran, formando un hermoso árbol de Navidad brillante en el cielo.

Ornella aplaudió con alegría:

"¡Lo logramos! ¡Son unos genios!"

Bella sonrió satisfecha y dijo:

"Nunca subestimen el poder de la diversión en equipo."

Al final, Elara, Ornella y Bella regresaron a su hogar con una lección importante aprendida. Esta Navidad fue diferente y llena de risas, gracias a la colaboración de todos. Las luces adquirieron un nuevo significado como símbolo de la unión y la alegría compartida.

Y así, las tres hadas prometieron no solo hacer luces para la Navidad, sino también contar historias, jugar y siempre recordar que la verdadera magia está en la risa y la amistad.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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