Las hermanas del bosque



Había una vez en un bosque encantado cuatro hermanas muy especiales: Primavera, Verano, Otoño e Invierno. Cada una de ellas tenía poderes mágicos para controlar las estaciones del año y juntas mantenían el equilibrio en el bosque.

Un día, las hermanas comenzaron a discutir sobre cuál de ellas era la más importante.

Primavera decía que sin ella no habría flores ni colores en el bosque, Verano afirmaba que sin su calor no habría frutas ni diversión, Otoño sostenía que sus hojas doradas eran imprescindibles para la belleza del lugar, e Invierno argumentaba que sin su nieve todo sería triste y gris. La discusión llegó a oídos del sabio búho del bosque, quien decidió intervenir para enseñarles una lección.

Convocó a las hermanas a una reunión y les propuso un desafío: debían trabajar juntas para salvar al árbol milenario del bosque, cuyas raíces estaban empezando a marchitarse.

Las cuatro hermanas aceptaron el reto y se pusieron manos a la obra.

Primavera hizo crecer nuevas raíces con sus poderes de renovación, Verano regó el árbol con agua fresca y nutritiva, Otoño pintó las hojas de colores vibrantes para protegerlo del sol excesivo, e Invierno cubrió las ramas con un manto de nieve para mantenerlo fresco. Después de trabajar juntas durante días y noches, finalmente lograron salvar al árbol milenario.

Exhaustas pero felices, las hermanas se abrazaron y comprendieron la lección del sabio búho: cada una de ellas era importante a su manera y solo trabajando en equipo podían lograr grandes cosas.

Desde ese día, Primavera, Verano, Otoño e Invierno aprendieron a valorarse mutuamente y a colaborar en armonía para cuidar del bosque y de todas las criaturas que habitaban en él. Y así, el equilibrio volvió a reinar en el bosque encantado gracias al poder de la unión entre las cuatro estaciones. Fin.

FIN.

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