Las Hermanas del Bosque Mágico
En un hermoso bosque lleno de árboles altos y flores de todos los colores, vivían tres hermanas hadas: Lila, Rosa y Verde. Cada una tenía un talento especial; Lila era la encargada de cuidar de las flores, Rosa se ocupaba de los árboles, y Verde se encargaba de que los ríos fluyeran con agua cristalina.
Un día, mientras volaban por el bosque, se encontraron con un anciano conocido como El Silvano, quien cuidaba de todos los animales. Él les contó sobre un peligro inminente.
"Queridas hadas", les dijo con voz grave, "una niebla oscura se está acercando a nuestro bosque y amenaza con llevarse toda la alegría de los seres mágicos."
Las tres hermanas se miraron preocupadas. Necesitaban actuar rápido para salvar su hogar.
"¿Qué podemos hacer, Silvano?" preguntó Lila. "Nosotros debemos unir nuestros poderes para encontrar el origen de esa niebla."
Juntos, comenzaron su travesía hacia el norte del bosque, donde la niebla parecía concentrarse. En el camino, se encontraron con un pequeño conejo llamado Nino, que los miraba con ojos tristes.
"¿Qué pasa, Nino?" preguntó Rosa. "No puedo encontrar mi hogar porque la niebla lo ha cubierto todo."
Las hadas, conmovidas, decidieron ayudarlo. Pero antes de continuar, Lila lanzó un hechizo que iluminó el camino.
"Ahora podemos ver a dónde vamos y ayudarte a encontrar tu casa", dijo Lila llena de esperanza.
Sin embargo, a medida que avanzaban, una densa niebla comenzó a rodearlos y la atmósfera se volvía más oscura. Sin rendirse, las hermanas unieron sus habilidades. Lila hizo que las flores crecieran más brillantes, Rosa invocó los árboles más altos para que sirvieran de guía, y Verde creó un pequeño torrente de agua que despejó la vista.
Finalmente, llegaron a un claro donde encontraron a otros animales muy asustados. Allí también había un duende llamado Tronco, quien les reveló el secreto detrás de la niebla.
"Esa niebla oscura viene de un viejo árbol en el corazón del bosque, que se siente solo y olvidado. Los seres mágicos han dejado de visitarlo, y por eso, lo ha llenado de tristeza. Si no le devolvemos la alegría, el bosque se quedará así para siempre", explicó Tronco.
Las hermanas sabían que tenían que hacer algo. Decidieron organizar una fiesta en honor al viejo árbol para mostrarle que aún era querido. Comenzaron a invitar a todos los animales y seres mágicos del bosque, preparando decoraciones con flores y música hecha de sus risas.
El día de la fiesta, el aire se llenó de color y alegría. Lila, Rosa y Verde danzaron alrededor del árbol mientras los demás se unieron, trayendo regalos y canciones. Poco a poco, el viejo árbol comenzó a recuperar su brillo y sus hojas comenzaron a florecer.
"Gracias, queridas hadas. Su bondad y amistad me han devuelto la alegría", dijo el árbol emocionado, y, con un gran estirón, despidió la niebla oscura.
De esta manera, el bosque se llenó de luz y risas nuevamente. Las hermanas aprendieron que la amistad y la unión son más fuertes que cualquier tristeza, y que el amor puede sanar incluso los corazones más añejos.
Y así, las hadas Lila, Rosa y Verde continuaron cuidando su mágico bosque, siempre recordando la importancia de no dejar a nadie solo y triste, porque la felicidad es aún mayor cuando se comparte.
A partir de ese día, todos los seres del bosque se hicieron promesa de visitar al viejo árbol frecuentemente, asegurando que nunca más estuviera solo. Y así, el bosque mágico siguió siendo un lugar de alegría y amistad, lleno de risas y amor para todos.
FIN.