Las hermanas del viento


Había una vez en un lejano reino, cuatro hermanas con poderes mágicos: Alba, Hajar B, Houda y Rayhana.

Cada una de ellas tenía el control sobre un elemento distinto: Rayhana dominaba el hielo, Alba la tierra, Hajar B el agua y Houda el aire. Un día, un terrible huracán amenazaba con destruir su hogar. Las cuatro hermanas decidieron unir sus poderes para detener la tormenta y salvar a su gente.

Formaron un círculo, cerraron los ojos y concentraron toda su energía en conjurar una fuerza capaz de detener al huracán. Pero algo salió mal. A pesar de sus esfuerzos, la combinación de los elementos no funcionó como esperaban.

El viento soplaba con más fuerza y la lluvia caía sin piedad sobre el reino. Alba se levantó decidida, sintiendo la tierra bajo sus pies. Cerro los ojos y recordó las enseñanzas de su abuela sobre la importancia de escuchar a la naturaleza.

Entonces, extendió sus manos hacia el suelo y murmuró unas palabras antiguas. De repente, raíces gigantes emergieron del suelo y rodearon las casas del pueblo, protegiéndolas del viento furioso.

El huracán parecía retroceder ante el poder de la tierra controlado por Alba. Las otras hermanas observaban maravilladas mientras Alba mantenía firme su conexión con la tierra.

Rayhana enfrió el aire que rodeaba las raíces para fortalecerlas aún más; Hajar B canalizó agua purificadora para regarlas; Houda dirigió corrientes de aire que mantenían todo en equilibrio. Gracias a la colaboración y confianza entre las hermanas, lograron controlar al huracán y salvaron a su reino.

Aprendieron que juntas podían superar cualquier desafío si trabajaban en armonía y respeto por los demás seres vivos. Desde ese día, las cuatro hermanas se convirtieron en leyendas vivientes en todo el reino, recordando a todos que cuando nos unimos en pos de un objetivo común podemos lograr cosas extraordinarias.

Y así continuaron protegiendo a su hogar con sabiduría y amor por mucho tiempo más.

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