Las Hermanas Mibal y la Aventura del Bosque Encantado
En un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos cristalinos, vivían dos niñas, Mía y Balú Mibal. Eran hermanas inseparables, con una imaginación desbordante y un espíritu aventurero. Mía, la mayor, siempre era la más cautelosa y pensativa, mientras que Balú, la menor, solía ser la más curiosa y atrevida.
Un día, mientras jugaban en su jardín, Mía exclamó:"¡Balú! ¿Sabías que en el bosque que está detrás de nuestra casa se dice que hay un árbol que concede deseos?"
Balú con sus ojos brillantes respondió:"¡No! ¡Eso es increíble! ¡Tenemos que ir a buscarlo!".
Mía dudó por un momento, pero la emoción de su hermana rápidamente la convenció."Está bien, pero debemos ser muy cuidadosas. No sabemos qué más hay en ese bosque.
Ambas se prepararon con sus mochilas, llenas de provisiones: sándwiches de mermelada, manzanas y una botella de agua. Al llegar al borde del bosque, el ambiente cambió. Los árboles eran tan altos que parecían tocar el cielo y el sol se filtraba a través de las hojas, creando sombras danzantes en el suelo.
"Es hermoso, Mía" dijo Balú mientras caminaba extrañada.
"Sí, pero no te alejes demasiado" respondió Mía, manteniéndose alerta.
Mientras avanzaban, comenzaron a escuchar murmullos en el aire. Era como si el bosque les estuviera hablando. De repente, un pequeño zorro apareció frente a ellas.
"Hola, niñas, soy Zorri, el guardián del bosque. ¿Qué las trae por aquí?" preguntó el zorro con una voz suave.
Balú, emocionada, dijo: "Estamos buscando un árbol que concede deseos. ¿Sabés dónde está?".
Zorri sonrió y contestó:"Sí, lo sé, pero para llegar a él, deberán resolver tres acertijos para demostrar que realmente lo desean".
Mía y Balú se miraron emocionadas y de acuerdo. El primer acertijo fue:"¿Qué tiene raíces que no son de tierra, y vuela sin alas?".
Mía frunció el ceño, mientras que Balú pensó un momento y exclamó:"¡Un sueño!".
Zorri aplaudió:"Correcto. El segundo acertijo es: 'Cuanto más quitas, más grande se hace. ¿Qué es?'".
Ambas se quedaron en silencio hasta que Mía dijo:"¡Un agujero!".
Zorri asintió con su cabeza, y continuó:"Por último, ¿qué está siempre en el presente, pero nunca puede ser visto ni tocado?".
Después de un rato, Balú gritó:"¡El tiempo!".
"¡Muy bien! Han resuelto todos los acertijos. Ahora pueden ir en busca del árbol, pero recuerden, los deseos deben ser desinteresados", dijo Zorri antes de guiarlas.
Las niñas caminaron más adentro del bosque, seguidas por la sombra de Zorri. Finalmente, encontraron un árbol enorme, sus ramas se extendían como brazos hacia el cielo.
"¡Lo encontramos!" gritó Balú, dando saltitos de felicidad.
"Ahora, ¿cuál será tu deseo?" preguntó Mía.
Balú pensó por un momento y dijo:"Yo deseo que siempre tengamos aventuras juntas, sin importar lo que pase".
Mía sonrió y agregó:"Y yo deseo que nuestra amistad y amor por las aventuras nunca se acaben".
El árbol brilló intensamente y de repente, una lluvia de hojas doradas descendió sobre ellas, como si el árbol las estuviera bendiciendo.
"Sus deseos serán escuchados, la verdadera aventura está en lo que vivirán juntas" dijo Zorri, quien había estado observando sonriendo.
Mía y Balú se miraron llenas de alegría. No solo habían encontrado un árbol mágico, sino que habían aprendido que los mejores deseos son aquellos que se comparten.
Después de un día lleno de aventuras, decidieron regresar a casa, con el corazón lleno de recuerdos y un nuevo lema que las acompañaría para siempre: "Siempre juntas, siempre aventureras".
Y así, Mía y Balú continuaron explorando el bosque, buscando más misterios y creando historias mientras fortalecían su inquebrantable lazo de hermana. En cada rincón del bosque, un nuevo detalle susurraba: "La mejor magia se encuentra en la amistad".
Fin.
FIN.