Las hermanas y los triceratops



Había una vez dos hermanas, Clara y Jazmín, que eran muy curiosas y aventureras. Un día, descubrieron una máquina del tiempo en el sótano de su casa.

Sin pensarlo dos veces, subieron a la máquina y la pusieron en marcha. Después de un viaje emocionante, llegaron a un lugar extraño lleno de árboles gigantes y plantas exóticas. De repente, vieron algo asombroso: ¡un dinosaurio! Era enorme y feroz con dientes afilados como cuchillos.

-¡Mira ese dinosaurio! -exclamó Jazmín. -Parece un Tiranosaurio Rex -dijo Clara con temor-. Debemos tener cuidado. De repente, las hermanas encontraron dos huevos gigantes. No sabían qué hacer con ellos pero los tomaron para protegerlos.

Luego se dieron cuenta de que debían llevarlos al futuro para que pudieran nacer sanos y salvos. Cuando regresaron a su propia época, los huevos comenzaron a temblar. ¡Estaban eclosionando! Dos criaturas pequeñas aparecieron ante ellas: Lila y Celeste, dos triceratops bebés que eran adorables.

Las hermanas cuidaron de ellas durante semanas hasta que crecieron lo suficiente para ser liberadas en el parque cercano donde había muchos árboles frondosos para alimentarse.

Un día mientras las chicas visitaban a sus nuevos amigos triceratops fueron sorprendidas por el mismo Tiranosaurio Rex al cual habían visto en su viaje al pasado... -¿Qué hacemos ahora? -preguntó Jazmín. -Debemos proteger a nuestras amigas Lila y Celeste -respondió Clara con valentía.

Las hermanas se pararon frente a los triceratops bebés para protegerlos del Tiranosaurio Rex. Pero el dinosaurio gigante no parecía tener miedo de ellas. Corrió hacia ellas, rugiendo con fuerza.

Pero justo antes de que pudiera alcanzarlas, algo increíble sucedió: ¡Lila y Celeste comenzaron a cargar contra el Tiranosaurio! Con sus cuernos afilados y sus patas fuertes, lograron hacer retroceder al depredador mientras las chicas observaban asombradas. Finalmente, el Tiranosaurio Rex huyó.

Las hermanas Clara y Jazmín estaban muy orgullosas de sus amigos triceratops por haberlos defendido tan valientemente. Desde ese día en adelante, las dos hermanas visitaron regularmente a Lila y Celeste en su hábitat natural. Aprendieron mucho sobre los dinosaurios y la importancia de cuidar la naturaleza.

Y aunque ya no viajaban en máquina del tiempo, siempre recordarían esa aventura emocionante con sus nuevos amigos prehistóricos.

FIN.

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