Las hermanitas valientes
Había una vez un niño llamado Benito que estaba aprendiendo a leer y escribir. Le encantaba ir a la escuela y aprender cosas nuevas todos los días.
Pero había algo que le resultaba un poco difícil: diferenciar las letras —"d" y —"b" . Siempre se confundía y eso lo frustraba mucho. Un día, la maestra de Benito, la señorita Dolores, decidió ayudarlo de una manera divertida.
Les contó a sus alumnos una historia muy especial sobre dos hermanitas llamadas Daniela y Belén. "Había una vez dos hermanitas llamadas Daniela y Belén", comenzó diciendo la señorita Dolores con entusiasmo. "Daniela era muy decidida y siempre sabía qué hacer en cada situación.
Por otro lado, Belén era bastante despistada y solía confundirse fácilmente". Benito escuchaba atentamente mientras su imaginación volaba hacia el mundo de Daniela y Belén. "Un día, Daniela encontró un mapa del tesoro en el bosque", continuó la maestra.
"Estaba emocionada por descubrir dónde se encontraba el tesoro escondido. Pero para encontrarlo, tenía que seguir las instrucciones escritas en el mapa". La maestra sacó un mapa gigante del tesoro y lo mostró a todos los niños de la clase.
"El problema fue que Daniela no podía leer bien las instrucciones porque algunas letras estaban mal escritas", explicó la señorita Dolores. "En lugar de decir —"derecha" , decían —"berenjena" . Y en lugar de decir —"buscar" , decían —"debate" ".
Los niños rieron al escuchar esas palabras tan graciosas. "Daniela sabía que tenía que seguir las instrucciones correctamente, pero se confundía mucho con las letras —"d" y —"b" ", continuó la maestra. "Entonces, decidió buscar a su hermana Belén para pedirle ayuda".
Benito estaba cada vez más intrigado por la historia. Quería saber cómo Daniela y Belén resolverían ese problema. "Belén era muy inteligente y rápidamente se dio cuenta de lo que ocurría", dijo la señorita Dolores.
"Le explicó a Daniela que si ponía atención al dibujo de las letras, podría diferenciarlas fácilmente". La maestra tomó un lápiz y comenzó a dibujar una letra —"d" en el aire. "Mira Benito, ¿ves cómo la letra —"d" parece una puerta abierta?" preguntó la señorita Dolores.
Benito asintió con entusiasmo mientras observaba el gesto de su maestra. "Y ahora mira esto", continuó ella, dibujando una letra —"b" .
"¿No te parece que parece una cama?"Benito sonrió emocionado al darse cuenta de la diferencia entre ambas letras. La historia le había ayudado a entenderlo mejor. A partir de ese día, Benito practicaba escribiendo las letras —"d" y —"b" siguiendo los consejos de su maestra.
Siempre recordaba que la letra —"d" parecía una puerta abierta y la letra —"b" parecía una cama. Poco a poco fue mejorando hasta que finalmente pudo diferenciarlas sin problemas. La historia de Daniela y Belén se convirtió en una de las favoritas de Benito y sus compañeros.
Aprendieron que, a veces, la imaginación y la creatividad pueden ser grandes aliados para aprender cosas nuevas.
Y así, Benito siguió su camino en el mundo de las letras con entusiasmo y confianza, sabiendo que siempre podría encontrar una forma divertida de aprender.
FIN.