Las hormigas iguales



Había una vez en la institución "El Hormiguero", un lugar donde todas las hormigas trabajaban juntas para mantener todo en orden y armonía.

En este lugar, cada hormiga tenía una labor específica asignada por la Reina Hormiga, quien se encargaba de que todo funcionara correctamente. En "El Hormiguero" vivían dos hormigas muy especiales: Antonia y Marta. Antonia era una hormiga roja muy rápida y ágil, mientras que Marta era una hormiga negra con mucha fuerza y determinación.

A pesar de sus diferencias físicas, ambas compartían el deseo de ser reconocidas por sus habilidades únicas. Un día, la Reina Hormiga anunció un gran concurso de carreras para todas las hormigas del "El Hormiguero".

Antonia estaba emocionada por mostrar su velocidad, mientras que Marta se sentía insegura al no ser tan veloz como su amiga. "¡Estoy segura de que ganaré esta carrera! ¡Soy la más rápida de todas!", exclamó Antonia con confianza.

"Yo no soy tan rápida como tú, pero tengo mi propia fuerza y resistencia", respondió Marta con determinación. La carrera comenzó y Antonia tomó la delantera rápidamente.

Sin embargo, en medio de la competencia, una piedra gigante bloqueó el camino impidiendo a las demás hormigas seguir adelante. Antonia se detuvo sorprendida sin saber qué hacer.

Marta vio la situación y sin dudarlo un segundo, utilizó toda su fuerza para empujar la piedra fuera del camino y así permitir que las demás hormigas continuaran con la carrera. Aunque llegó última a la meta, fue recibida con aplausos y admiración por su valentía y solidaridad.

La Reina Hormiga felicitó a Marta por su acto heroico e hizo un importante anuncio:"En "El Hormiguero" valoramos no solo las habilidades individuales sino también el espíritu de colaboración y ayuda mutua. Hoy hemos aprendido que todos somos importantes independientemente de nuestras diferencias".

Desde ese día, Antonia y Marta se convirtieron en grandes amigas y juntas demostraron que en la institución "El Hormiguero" lo más importante era trabajar unidas en igualdad para lograr el bienestar común.

Y así concluyó esta historia donde dos pequeñas hormigas enseñaron a todos sobre el verdadero valor de la igualdad en cualquier institución.

FIN.

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