Las hormigas valientes



Había una vez en un hermoso jardín, dos hormigas llamadas Lola y Marta. Lola era una hormiga muy peresoza a la que no le gustaba trabajar, siempre buscaba excusas para no hacer sus tareas en la colonia.

En cambio, Marta era todo lo contrario, una hormiga responsable y trabajadora que siempre cumplía con sus deberes.

Un día, la Reina Hormiga convocó a todas las hormigas del jardín para anunciarles que se acercaba el invierno y debían recolectar suficiente comida para sobrevivir durante los meses fríos. Todas las hormigas se pusieron manos a la obra de inmediato, excepto Lola, que decidió tomarse el día libre y descansar bajo un árbol.

"Lola, ¿no vas a ayudarnos a recolectar comida? El invierno está cerca y necesitamos estar preparadas", le dijo Marta preocupada. "No te preocupes Marta, ya encontraré comida cuando llegue el momento. Por ahora prefiero disfrutar del sol y relajarme", respondió Lola despreocupada.

Marta suspiró resignada y siguió trabajando junto al resto de las hormigas. Día tras día, Marta se esforzaba por recolectar alimentos mientras que Lola seguía holgazaneando sin importarle el futuro de la colonia.

El invierno finalmente llegó y con él una gran tormenta que dejó al jardín cubierto de nieve. Las reservas de comida empezaron a escasear y las hormigas comenzaron a pasar hambre.

Fue entonces cuando Lola se dio cuenta de su grave error al no haber colaborado en la recolección de alimentos. "Marta, me equivoqué al no ayudarte antes. Ahora estamos en apuros por mi culpa", se lamentó Lola arrepentida. Marta miró a su amiga con tristeza pero sin reproches.

Sabía que era importante aprender de los errores y buscar soluciones juntas para salir adelante. "Tranquila Lola, aún podemos salvar la situación si trabajamos en equipo. Vamos a buscar comida juntas y lograremos superar esta dificultad", dijo Marta con determinación.

Las dos hormiguitas salieron en busca de provisiones por el jardín cubierto de nieve. Trabajaron incansablemente día tras día hasta lograr recolectar suficiente comida para toda la colonia. La solidaridad, el esfuerzo conjunto y la responsabilidad demostraron ser clave para superar cualquier obstáculo.

Al final del invierno, con las provisiones aseguradas gracias al esfuerzo conjunto de todas las hormigas, llegó la primavera trayendo consigo nuevas oportunidades y aprendizajes para Lola y Marta.

Desde ese momento, ambas comprendieron la importancia de ser responsables y trabajar en equipo para alcanzar sus metas. Y colorín colorado este cuento ha enseñado que con esfuerzo y responsabilidad ¡todo puede ser superado!

FIN.

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