Las huellas misteriosas de Mario



En la escuela de dinosaurios, el pequeño Mario estaba emocionado por comenzar primer grado.

Con sus ojos brillantes y su cola ondeando de un lado a otro, no podía esperar para aprender sobre volcanes, matemáticas prehistóricas y explorar el mundo jurásico. Al llegar al aula, conoció a sus compañeros: Lola la triceratops curiosa, Pedro el diplodocus travieso y Martina la pterodáctilo risueña. Desde el primer día de clases, Mario se destacaba por su entusiasmo y ganas de aprender.

La maestra Dinoleta les enseñaba sobre los diferentes períodos geológicos, las plantas prehistóricas y cómo los dinosaurios se comunicaban entre sí.

Un día, durante una excursión al bosque petrificado, Mario y sus amigos descubrieron huellas fosilizadas que los llevaron a una emocionante aventura. "¡Miren chicos! ¡Estas huellas nos guiarán hacia un lugar misterioso!", exclamó Mario emocionado. Juntos siguieron las huellas hasta llegar a una cueva donde encontraron antiguos pergaminos con historias olvidadas de dinosaurios valientes.

Desde ese momento, Mario y sus amigos supieron que cada día en la escuela era una oportunidad para descubrir nuevos conocimientos y vivir increíbles aventuras juntos.

FIN.

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