Las lecciones de las mariposas



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Maripositas, un niño llamado Manule. Manule era un niño curioso y aventurero, le encantaba explorar la naturaleza que lo rodeaba y siempre estaba buscando nuevas cosas para descubrir.

Un día, mientras paseaba por el campo, Manule vio volar unas hermosas mariposas amarillas.

El color brillante de sus alas le recordó a una historia que había escuchado sobre un famoso escritor llamado Gabriel García Márquez, quien solía escribir cuentos mágicos y fantásticos. Manule se sentó en el suelo y observó cómo las mariposas revoloteaban alegremente entre las flores. De repente, una de ellas se posó en su hombro y comenzó a hablarle en voz baja:"Hola, Manule.

¿Sabías que cada mariposa tiene su propia historia mágica que contar?"Manule abrió los ojos sorprendido al escuchar a la mariposa hablar.

Sin embargo, decidió seguirle el juego y preguntó:"¿Cuál es tu historia mágica?"La mariposa amarilla sonrió con delicadeza antes de comenzar a relatar su increíble historia. Habló de viajes por tierras lejanas, de amigos extraordinarios que había conocido en el camino y de aventuras emocionantes que había vivido.

Manule quedó fascinado por la historia de la mariposa y decidió emprender su propia aventura para crear sus propias historias mágicas. Así comenzó un viaje lleno de descubrimientos, nuevos amigos e inolvidables experiencias.

En su travesía, conoció a una tortuga sabia llamada Donatella que le enseñó sobre la importancia del respeto por la naturaleza; también se encontró con un zorro astuto llamado Zorrito que le mostró cómo ser valiente frente a los desafíos; e incluso hizo amistad con un colibrí veloz llamado Piquito que le demostró la belleza de disfrutar cada momento como si fuera único.

Con cada encuentro y cada experiencia vivida, Manule aprendió valiosas lecciones sobre amistad, valentía y gratitud hacia el mundo que lo rodeaba.

Al final de su viaje, cuando regresaba al pueblo Maripositas cargado de recuerdos felices e inspiradores, vio nuevamente volar las mariposas amarillas. Esta vez no solo les recordaron al gran escritor Gabriel García Márquez, sino también a todas las historias mágicas que él mismo había vivido gracias a ellas.

Y así fue como Manule comprendió que la magia está presente en cada rincón del mundo si uno sabe mirar con los ojos del corazón y estar dispuesto a dejarse llevar por la imaginación.

FIN.

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