Las Lecciones de Tete
Había una vez un tío llamado Tete que tenía dos sobrinas muy traviesas. Una era una bebé de 8 meses llamada Lola, y la otra era una niña de 3 años llamada Sofía.
Estas dos pequeñas eran las más bichos del barrio, siempre metiéndose en problemas y causando alboroto. Un día, Tete decidió llevar a las niñas a pasear por el parque para que pudieran jugar al aire libre.
Pero no pasó mucho tiempo antes de que las travesuras comenzaran. Sofía vio un árbol grande y frondoso y decidió treparlo como si fuera un mono.
Subió tan alto que Tete se asustó y le gritó: "¡Sofía, baja ahora mismo! ¡Es peligroso!"Sofía hizo caso omiso de las advertencias de su tío y siguió subiendo más alto. Pero entonces, algo inesperado sucedió. La rama en la que estaba parada se rompió y Sofía cayó al suelo.
Tete corrió hacia ella preocupado y le preguntó: "¿Estás bien, Sofía?"Sofía se levantó con lágrimas en los ojos pero asintió con la cabeza. Tete aprovechó esta oportunidad para enseñarle una lección importante sobre la importancia de escuchar a los adultos.
"Sofía, entiendo que quieras explorar cosas nuevas y ser aventurera", dijo Tete con calma. "Pero también es crucial escuchar cuando alguien te advierte sobre el peligro. "Sofía bajó la mirada avergonzada mientras abrazaba a su tío. Prometió que sería más cuidadosa en el futuro.
Mientras tanto, Lola observaba todo desde su cochecito de bebé con curiosidad. Ella también era muy bicha y siempre buscaba la manera de meterse en problemas.
De repente, vio un pato nadando en el estanque del parque y decidió que quería jugar con él. Se soltó de su cochecito y se arrastró hacia el agua. Tete se dio cuenta de lo que estaba pasando y corrió rápidamente para evitar que Lola cayera al agua fría.
La levantó en brazos y le dijo: "¡Lola, no debes acercarte al agua sin un adulto! Podrías haberte lastimado. "Lola miró a Tete con sus grandes ojos inocentes y asintió como diciendo "lo siento".
Aunque solo tenía 8 meses, entendió la importancia de la seguridad gracias a las palabras de su tío. Después de ese día, Sofía y Lola aprendieron una valiosa lección sobre escuchar a los adultos y mantenerse seguras. Ya no eran tan bichos como antes.
A medida que crecían, Tete les enseñó aún más cosas importantes sobre el mundo. Les mostró cómo compartir con los demás, cómo ser amables y respetuosas ante todo.
Sofía se convirtió en una niña responsable y cuidadosa, mientras que Lola creció siendo una bebé tranquila pero curiosa. Juntas aprendieron a canalizar su energía e imaginación en actividades creativas como pintar cuadros coloridos o construir castillos con bloques.
Con cada aventura vivida junto a Tete, Sofía y Lola se convirtieron en dos niñas inteligentes y amables que siempre buscaban aprender y crecer. Su tío Tete se sentía orgulloso de sus sobrinas bichos, quienes a pesar de su traviesa naturaleza habían aprendido valiosas lecciones para convertirse en grandes personas.
Y así, la historia de Tete y sus sobrinas bichos nos enseña que incluso los espíritus más traviesos pueden encontrar el camino hacia la sabiduría si tienen a alguien que les guíe con amor y paciencia.
FIN.